Cardiología intervencional por la insuficiencia venosa crónica

Dr. Eric Carro ha enfilado su carrera a atender los problemas circulatorios vasculares.

Medicina y Salud Pública

    Cardiología intervencional por la insuficiencia venosa crónica

    La insuficiencia venosa crónica es una enfermedad que afecta a un gran número de mujeres puertorriqueñas y por la cual aún no existe la conciencia necesaria sobre el impacto negativo que pudiera de no tratarse a tiempo.

    Por lo tanto, especialistas como el Dr. Eric Carro, cardiólogo intervencional en el Hospital Hima San Pablo de Caguas, decidió que, a a partir del 2009, dedicaría su carrera a los pacientes con problemas en las válvulas de las venas de las piernas que impiden que la sangre retorne hacia el corazón, sin dejar a un lado a los pacientes con enfermedad arterial periférica (PAD).  

    El Dr. Carro es graduado del Recinto de Ciencias Médicas (RCM) y se especializó en cardiología intervencional en el Estado de California. Cuenta con las certificaciones tanto en medicina endovascular como vascular de la American Board of Vascular Medicine.

    “Escogí esta carrera para poder ofrecerle a Puerto Rico mejores alternativas intervencionales ante los problemas circulatorios. No hay muchas personas que se dediquen a esto”, sostuvo el especialista a la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).

    Pacientes renales con problemas vasculares a causa de fístulas y problemas venosos fueron la zapata de entrenamiento que dieron a Carro todas las herramientas de éxito con las que trata a cada uno de sus pacientes hoy día, en su mayoría mujeres, aunque los varones no están exentos.

    “Yo me di cuenta que aquí en Puerto Rico no hay un conocimiento vasto de lo que es la enfermedad venosa y que tengan un interés particular en atender ese grupo de pacientes. La labor ha sido autodidacta porque incluso, ni en la Escuela de Medicina enseñan tanto sobre la insuficiencia venosa”, manifestó.

    Más allá de un simple problema de venas varicosas, la sobrecarga de sangre de venas en las piernas empiezan a lastimar la piel que provocará unos síntomas en el paciente desde hormigueo, pesadez en las piernas y dolor que podría incapacitar su vida.

    “Es una condición prevalente, pero como no es algo de lo que se hable tanto, se piensa que no hay mucho más que hacer que ponerse unas medias por la hinchazón de las piernas. El sobrepeso es un gran factor de riesgo para los problemas venosos. Esto afecta la calidad de vida del paciente por el intenso dolor que puede provocar y podría dar paso al desarrollo de úlceras que no sanan y que pueden predisponer al paciente al riesgo de amputación de una extremidad”, afirmó Carro, también presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología Intervencional .

    “Esto tiene unos altos costos al sistema de salud. Hay que educar a los médicos primarios y saber cuándo referir a estos pacientes a un especialista. Esto va más allá de lo estético”, puntualizó.

    Más allá de la enfermedad arterial periférica

    El especialista también se ha hecho eco de las consecuencias adversas que tiene el no atender las obstrucciones arteriales en pacientes con la enfermedad arterial periférica (PAD) más allá de tratar una úlcera en un paciente con isquemia crítica.

    “Existe más conciencia y apoyo totalmente que hagamos todo por evitar que ese paciente sea amputado como la revascularización, entre otros procedimientos quirúrgicos, pero, casi el 70% de estos pacientes muere a los 5 años por causas cardiovasculares. Si solo nos enfocamos en tratar y salvar la pierna y no la enfermedad de una forma agresiva no ganamos mucho”, formuló.

    “La enfermedad arterial periférica conlleva unos riesgos tan altos como aquel que ya sufrió un infarto y se le tuvo que poner una malla al corazón. Aún es la primera causa de muerte. Hay que tomar en cuenta el riesgo que tiene para el desarrollo de derrames cerebrales. Tenemos que atender este problema temprano”, concluyó.

     

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