Cirugía que da vida

Dr. Cid Quintana Rodríguez es el único cirujano cardiovascular pediátrico en Puerto Rico que ha dado oportunidad de vida a miles de niños en la isla.

Medicina y Salud Pública

    Cirugía que da vida

    Un tímido rostro que refleja la sensibilidad y el esfuerzo que realiza a su vez para poder expresar la gran satisfacción que siente el que sean sus manos los que le den la oportunidad de vida de un niño con un defecto congénito del corazón.

    Más allá, la humildad y la emoción lo arropan cuando un joven con lágrimas en los ojos le agradece infinitamente la labor quirúrgica que lo salvó de la muerte debido a una aneurisma de la aorta. Mientras, con la sencillez y la media sonrisa que le caracteriza, expresa “no me gusta ser reconocido, el esfuerzo es de todos”.

    Esa solo son partes de las cualidades del Dr. Cid Quintana Rodríguez, único cirujano cardiovascular pediátrico de Puerto Rico que ha intervenido quirúrgicamente a miles de niños que nacen con condiciones congénitas del corazón desde el 1996, pues a pesar de que ejercía su práctica en un hospital del estado de Nueva York, prefirió dar el don de vida en su tierra borincana.

    https://youtu.be/4Bh2BveareA

    Desde temprana edad Quintana Rodríguez, quien nació en San Juan, ya tenía claro que su vocación era trabajar por la salud de los pacientes cardiovasculares. El especialista en el 1985 se graduó de  la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas (RCM), donde también realizó su residencia en cirugía general y el 1990, fungió como Jefe del Programa de Residencia.

    Siempre me interesó la cirugía cardiovascular de niño porque es una cirugía muy constructiva. Se brega con los defectos dentro del corazón de un niño, donde uno tiene la oportunidad de brindarle una oportunidad de una vida normal a un niño, es mi mayor satisfacción, no tiene precio. Es una cirugía muy compleja, pero aún así le devuelve muchos años de vida que de otra manera no se podría. En Puerto Rico es uno de los lugares donde hacen este tipo de cirugía completa con muy buenos resultados”, indicó el especialista en entrevista exclusiva con la Revista Puertorriqueña de Medicina y Salud Pública (MSP).

    Todos damos lo mejor que podemos para que todo salga bien. Lo mejor es poder ver a estos niños recuperados, viviendo una vida normal, yendo a la escuela y jugando. Todos los días es un reto poder hacer lo mejor que uno para que el resultado sea siempre bueno y ganarle a la enfermedad congénita del corazón”, expuso.

    En la isla se pueden realizar sobre 250 cirugías cardiovasculares en la población pediátrica, todas comandadas por el Dr. Quintana Rodríguez, al que muchos describen como ese ser humano que en medio de la emergencia de un paciente pediátrico es capaz de transmitir la seguridad de que todo estará bien.

    Se han mejorado las tecnologías que nos permiten que las operaciones sean más segura y proteger a los pacientes neurológicamente, porque todos los niños que operamos tienen un riesgo neurológico. Todos los riesgos se han minimizado a través de los años. La protección cerebral es casi perfecta”, aseguró.

    En Puerto Rico se practica una cirugía cardiovascular con los mismos excelentes resultados que a nivel nacional y programas de Estados Unidos. Es una gama de cirugía cardiovascular completa, incluyendo niños y adultos, como las de corazón abiertos y otras que se realizan”, esbozó.

    Reconocida su gesta por los más pequeños

    Precisamente la proeza del especialista ha sido reconocida a pasos de su oficina en el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe (CCPRC), donde prácticamente el médico lucha contra su emociones al ser aplaudido y venerado entre sus colegas cirujanos, personal de enfermería pero sobretodo, los pacientes y familiares.

    La Asociación de Hospitales de Puerto Rico otorgó recientemente el premio Héroes de Hospitales en la categoría Impacto a pacientes 2016 al Dr. Quintana Rodríguez, quien también es cirujano cardiovascular de adultos.

    El aprecio al especialista fue demostrado por el joven Kevin Miranda, quien en el 2014 fue intervenido por una aneurisma en la aorta.

    Quiero darle las gracias al doctor porque a pesar que estaba al borde de la muerte, cuando estaba en sala lo vi sonreír y sabía que era Dios sonriendo a través de él (Dr. Quintana Rodríguez). Es una persona muy humilde y le agradezco todo lo que hizo por mí. Mientras estaba en intensivo me motivaba y me decía que todo iba a estar bien”, indicó Miranda, quien tuvo que pausar sus expresiones en un momento al no poder contener su llanto, mientras el especialista le extendía un abrazo.

    El Dr. García de Jesús, intensivista pediátrico, ha sido otro colega que reconoció a Quintana Rodríguez, exponiendo que “nosotros trabajamos día a día con el doctor en intensivo, quien siempre se preocupa y es bien dado con sus pacientes. A veces son días más largos que otros, llamadas en la noche que lo hacen tener que regresar de su casa y aunque sé que no le gustan estos homenajes, es un honor y privilegio trabajar con él por la calidad de ser humano y profesional que es”.

    https://www.youtube.com/watch?v=t-DllyE9ylU


    El cirujano cardiovascular tiene que tener cuatro cosas: el que conozca su materia, y el doctor Quintana Rodríguez tiene todos los “boards certified”. Que tenga las destrezas y a él le sobran pues hay pacientes que viajan de otros países para ser evaluados por él. Su talento es legendario. La tercera cualidad es la del juicio, y el juicio de Cid es extraordinario antes de sala, en sala y después. La cuarta, es empatía y vocación. Su compromiso con Puerto Rico es contundente”, expresó por su parte el cirujano Juan Vilaró.

    De otro modo, Quintana Rodríguez, siempre ha sido enfático en una respuesta sencilla a quienes agradecen su labor quirúrgica: “este trabajo es de todos ustedes”.

    Finalmente, una de las preocupaciones que expresó el especialista fue el que no existan médicos que se interesen en la cirugía cardiovascular pediátrica en Puerto Rico, para continuar el trabajo a favor de los niños y adolescentes una vez se retire.

    Mi mayor inquietud es que no hayan varios cirujanos cardiovasculares pediátricos que puedan hacer lo mismo”, confesó.

    El deseo principal de un héroe es querer regresar a su hogar después de luchar y vencer a sus enemigos”, finiquitó refiriéndose a su satisfacción diaria de regresar a su hogar librando de una batalla de vida a cada uno de sus pacientes.

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