Firme labor por los pacientes con cáncer de hueso en Puerto Rico

Doctor Juan Bibiloni Rodríguez es el único ortopeda oncológico en la isla.

Medicina y Salud Pública

    Firme labor por los pacientes con cáncer de hueso en Puerto Rico

    Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública

    El doctor Juan José Bibiloni Rodríguez es el único ortopeda en Puerto Rico que practica la oncología músculo-esquelética desde el Recinto de Ciencias Médicas (RCM) y, quien a través de su vocación médica, fue llamado a luchar por los pacientes con cáncer de hueso en la isla.

    Bibiloni Rodríguez, especialista en cirugía reconstructiva en articulaciones, es el único médico que tiene en sus manos el reto de, más allá de buscar una cura para los pacientes para el tumor en los huesos, aliviar la carga emocional que trae consigo el tratamiento de los carcinomas– cánceres primarios que se han regado al hueso- o los sarcomas –cánceres primarios de hueso-, según relató en entrevista con la Revista de Medicina y Salud Pública (MSP).

    Por tal razón, Bibiloni Rodríguez hizo un llamado para que más médicos puertorriqueños se preparen en la subespecialidad caracterizada una alto riesgo de implicaciones de índole médico-legal y, para que más allá, su legado de devolver calidad de vida a esta población perdure.

    “Mi principal reto ahora mismo es promover entre los oncólogos y médicos primarios la detección temprana ya sea de los metástasis de hueso como de los cánceres tipo carcinomas", declaró Bibiloni Rodríguez.[/caption]

    “Esto es una práctica de alto riesgo médico-legal. Se están bregando con extremidades, con algo de vida o muerte. Por eso llevo mi práctica en el Recinto de Ciencias Médicas donde tengo cierta protección del estado al ser demandado en mi carácter personal”, indicó a este medio quien lleva casi tres décadas en su práctica.

    “Esta subespecialidad, no solo en Puerto Rico sino en todo el mundo, es de las especialidades que menos cirujanos tiene. No a mucha gente le interesa. A los pacientes de cáncer yo los veo todos y opero entre siete u ocho pacientes semanales”, manifestó, quien también dedica parte de su tiempo a la agricultura.

    En cuanto a los tipos de cáncer de hueso, el especialista señaló que el más común es la metástasis -que da en su mayoría en personas mayores de los 50 años-, en tumores como el cáncer de mama, próstata, riñón, que luego afectan a los huesos.

    “En este caso de cáncer avanzado o carcinoma, no estamos buscando una cura si no que buscamos un alivio para ese paciente. Esos pacientes con frecuencia se presentan con una fractura en ausencia de un trauma significativo. Por ejemplo, si estaba sentado y de momento se fue a virar y se le rompió el hueso del muslo sin tener haber tenido una caída o accidente. Ya ese hueso estaba debilitado por una lección metastásica y el cáncer primario lo rompió”, explicó.

    “Yo tengo que fijar ese hueso para que el paciente vuelva a reintegrarse a caminar. Si no, (cuándo se tiene la metástasis) se le hace una fijación profiláctica, donde se le fija el hueso antes que se le rompa y se evita que el paciente no pase por el trauma de la fractura”, formuló. 

    Los otros tumores primarios de hueso son los sarcomas –generalmente ocurre en adolescentes- los cuales si se detectan a tiempo, tendrían alta probabilidad de curarse.

    “Mi principal reto ahora mismo es divulgar promover entre los oncólogos y médicos primarios la detección temprana ya sea de los metástasis de hueso como los cánceres tipo carcinomas. También la fijación profiláctica del hueso, para que los pacientes sean referidos con tiempo y no lleguen con una lección o se le rompa un hueso. El paciente de cáncer es un paciente atribulado por su condición y una fractura es un golpe adicional para ellos”, declaró.  

    “Es un cáncer bastante agresivo. Si no se ha regado por ningún sitio y se toma a tiempo, pues ese paciente tiene de un 60 a 70 por ciento de probabilidad de que se cure con un tratamiento adecuado que incluye quimioterapia. Mi labor en este caso es resecar el tumor sin amputar la extremidad, un rescate de extremidad y se le implanta un hueso de cadáver (ejemplo, fémur) o prótesis oncológica para reemplazar el hueso que se ha resecado”, estableció.

     

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