Cuidado y manejo de la trombosis de venas profundas

La causa número uno de muertes intrahospitalarias en Estados Unidos, el mundo desarrollado y de Puerto Rico, son las embolias pulmonares, que surgen como consecuencia de las trombosis venosas profundas.

Alexander Triana Yanquén

    Cuidado y manejo de la trombosis de venas profundas

    Conversamos con el Dr. Jorge Martínez Trabal, Cirujano Vascular y Director del Programa de Residencia de Cirugía del Hospital San Lucas en Ponce, quien nos explica concretamente la relevancia del sistema circulatorio a propósito del Día Mundial del Corazón. 

    La trombosis de venas profunda 

    El sistema circulatorio tiene dos sistemas en paralelo: arterial (de alta presión) y el venoso (baja presión). El sistema venoso es el que recoge la sangre y el sistema arterial el que la distribuye por el cuerpo. La arteria aorta (la más del cuerpo), es la que se encarga de sacar la sangre del corazón, en su estado más puro posible, hacía los tejidos, por ello es un sistema de alta presión. Las características de esta es que es más fuerte, gruesa y maneja menos volumen.

    En la medida que se van alejando del corazón, se van volviendo más pequeñas y se ramifican a unos capilares, en donde se hace el intercambio de oxígeno y nutrientes en el tejido. Luego de que la sangre ha pasado por el tejido, vuelve a unos vasos pequeños que se van engrosando (las venas), retornan la sangre al corazón para que sea oxigenada en dirección a los pulmones.

    La vena más grande que tenemos es la vena cava: inferior y superior. La inferior recoge la sangre de las extremidades inferiores, la superior hace lo mismo con la parte de arriba del corazón. Es necesario entender que las venas tienen varias particularidades: son más finas porque no tienen que aguantar tanta presión, pueden acomodar su volumen (es decir, ser más anchas para soportar más cargas de sangre). 

    Origen de la trombosis de venas profundas

    Cuando se habla de una trombosis venosa profunda (DVT), se produce cuando se forma un coágulo de sangre (trombo) en una o más venas profundas. Es decir, la sangre se coagula en una de las venas: “la trombosis no se define por cuánto es el largo, cuan ancho es el coágulo. No damos ese tipo de dimensiones” aclara el doctor Martínez Trabal, y añade que “la forma en que nosotros definimos la tromboflebitis (trombosis de la vena), es definiendo qué segmentos están incluidos”. Esta condición puede causar dolor e inflamación y es ocasional presentado en las piernas, con la novedad que en ocasiones no hay síntomas notorios. 

    “El sistema venoso tiene unas venas que son superficiales y otras que son profundas: las superficiales son las que se ven fácilmente en el brazo de una persona, lo que las hace tener este nombre es que están por encima de una afasia (la que mantiene los músculos en su sitio); las venas que están debajo de esa afasia y entre los músculos son las que se conocen como venas profundas”, explica el doctor Martínez. 

    La trombosis venosa profunda puede ser muy grave porque los coágulos sanguíneos que se producen en las venas pueden soltarse. Los coágulos pueden trasladarse a través del torrente sanguíneo y alojarse en los pulmones y, de este modo, bloquear el flujo sanguíneo (embolia pulmonar). Cuando la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar ocurren juntas, se denomina tromboembolismo venoso (VTE, por sus siglas en inglés).

    Síntomas de la trombosis venosa profunda

    Entre los síntomas asociados con este hecho, encontramos la hinchazón de las piernas, dolor en las extremidades inferiores, acompañado de calambres que suele comenzar en las pantorrillas; cambio en el color de la piel de la pierna, como rojo o morado, según el color de tu piel; y una sensación de calor en la pierna afectada. Tenga en cuenta que la trombosis venosa profunda puede presentarse sin provocar síntomas perceptibles.

    Los síntomas que el cuerpo anuncia ante la presencia de una embolia pulmonar, tienen que ver con la falta de aire repentina, dolor o molestia en el pecho que empeora cuando respiras profundo o cuando toses, hay sensación de aturdimiento o mareos, se pueden presentar desmayos, el paciente tendría pulso acelerado, una respiración rápida, finalmente tos con sangre.

    ¿Cómo se forman o cuáles son las causas de estos trombos?

    Desde el siglo XVIII, se han manejado varias teorías en las que se originan estos trombos, en donde se concluyó que hay tres factores por los que se dan. 

    El doctor Martínez Trabal nos explica que estos son el Trauma o daño al vaso sanguíneo: “un trauma puede ocurrir durante una cirugía, una caída, una fractura (evento traumático), durante una hospitalización donde constantemente te están traumatizando las venas para sacarte sangre para los exámenes(trauma de vaso sanguíneo)”, el segundo tiene que ver con cualquier cosa que impida que la sangre circule normalmente o estasis de flujo sanguíneo y el último es sistémico, en este cualquier proceso inflamatorio puede promover la formación de coágulos. Un ejemplo de ello puede ser una pulmonía o el mismo Covid-19, que generan inflamación del sistema respiratorio y puede generar un trombo. 

    Factores de riesgo

    Muchos son los factores que pueden producir estas trombosis de venas profundas y aumentan el riesgo. Tenga en cuenta que cuantos más factores de riesgo presentes, más alta es la posibilidad de padecer una trombosis venosa profunda. 

    Se entiende entonces que dichos factores se asocian con: la edad (tener más de 60 años), pero, la trombosis venosa profunda puede ocurrir a cualquier edad; la falta de movimiento (estar sentado mucho tiempo, pacientes que se recuperan de una cirugía, etc); como ya lo mencionamos antes, una cirugía puede ser un factor considerable; el embarazo (aumenta la presión en las venas de la pelvis y las piernas. Puede continuar hasta seis semanas después de que nace el bebé); métodos de píldoras anticonceptivas o terapias de reemplazo hormonal; sobrepeso u obesidad, fumar, cáncer (algunos cánceres aumentan las sustancias en la sangre que provocan que esta coagule, así como los tratamientos); insuficiencia cardíaca enfermedad intestinal inflamatoria (úlcera), antecedentes familiares de trombosis o embolia pulmonar, y genética (trastorno hereditario). 

    Eso sí, a veces, puede formarse un coágulo sanguíneo en una vena sin ningún factor de riesgo identificable. Esto se conoce como tromboembolismo venoso no provocado.

    Recomendaciones y tratamientos

    Basado en esto, los especialistas recomiendan que sea cuidadoso y no dé por sentado que un golpe no es nada. Por el contrario, si se genera una inflamación que no baja naturalmente y en corto tiempo, debe asistir a su médico; si está embarazada, sea precavida con el tipo de esfuerzos que hace y mantenga buenos hábitos de alimentación, y ejercicio moderados, no fume, evite el consumo excesivo de alcohol, y no se automedique. 

    Sin embargo, cuando el paciente presenta algún tipo de inflamación, que deriva en una infección del organismo, ingresa a un hospital y el procedimiento empieza por un tratamiento con anticoagulantes e inicia un proceso de profilaxis . 

    Claro está que esto está sujeto a modificaciones porque el manejo en los casos de cirugía es completamente diferente y tiene más controles. Caso similar de control variado con los pacientes ortopédicos y explica el doctor Martínez que “60 por ciento de estos pacientes, si no se les pone profilaxis, van a desarrollar tromboflebitis. Según las estadísticas”. Hablando de estadísticas, el especialista argumenta que el 80 por ciento de los casos de tromboflebitis, pasa desapercibida. 

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