El médico español José Antonio García Donaire aclara algunos puntos sobre la hipertensión y desmiente, entre otras cosas, que sea una condición silenciosa, como se le suele catalogar.
El médico José Antonio García Donaire, egresado de la Universidad Complutense de Madrid, especializado como nefrólogo y presidente de la Sociedad Española de Hipertensión Arterial, lucha por combatir los mitos asociados a la hipertensión, tales como la creencia de que es una condición silenciosa o que es posible librarse de ella si se elimina la sal y advierte que esta patología es un predictor de enfermedad y mortalidad.
Al año, la hipertensión cobra más vidas que la suma de todos los fallecidos por la pandemia de la COVID-19, una realidad que no forma parte de las portadas de los diarios porque se asume socialmente como una patología que se controla de forma sencilla y pocos le temen.
Lo cierto es que, a nivel mundial, la hipertensión es la primera causa de muerte y de discapacidad, además de implicar grandes costes sanitarios. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo uno de cada cuatro hipertensos está controlado.
El problema, a juicio del facultativo, es que se emplea la terminología silenciosa, porque sus síntomas (aturdimiento, debilidad, palpitaciones) se suelen relacionar con otras patologías en algunos casos, pero “no es verdad que sea un asesino silencioso. Lo que pasa es que la sintomatología es muy común a otras patologías”, afirma García.
Además, el galeno resalta la falta de adherencia al tratamiento, ya que no solo se trata de las pastillas, sino del estilo de vida. “Por ejemplo, la sal. No se trata de la sal blanca que echas con el salero, sino del sodio que tienen los alimentos”, sostiene.
García agrega: “En la consulta decimos que naces con un determinado DNI de genes, que pueden estar dormidos toda la vida o pueden despertarse. La forma de despertarlos son estos tres enemigos: el consumo excesivo de sodio, el sedentarismo y el distrés, que es cuando gestionas mal tu estrés. Hacen de trigger, de interruptor. Eso hace que desarrolles hipertensión joven y, cuando te haces un chequeo a los 50 años y te diagnostican hipertensión, a lo mejor ya tienes daño cardíaco y daño renal. Y eso es algo que hay que evitar a toda costa”.
Un gran número de personas no cumplen con los tratamientos porque, según enfatiza el doctor García: “Muchos pacientes llegan a la consulta y la primera pregunta es "¿pero esto va a ser para toda la vida?" Ese concepto de para toda la vida es algo que culturalmente no tenemos bien metabolizado mentalmente. No estamos asumiendo que las patologías crónicas son parte de la vida. La enfermedad es parte de la vida en general, pero las patologías crónicas también. Lo que tienes que hacer si no quieres acudir al médico es prevenir. Como no se está previniendo, tenemos que ir hacia la educación. Pero, insisto, ahí la parte gerencial o la parte política tiene que dar un paso adelante y no lo está haciendo. Porque esto no vende, no es una enfermedad muy llamativa que tú puedas enseñar en un telediario”, esto último con referencia a la realidad de España, en donde ejerce García.
Ahondando sobre el consumo de sal, García asevera que: “Hay una cosa interesante, que es la sensibilidad a la sal. Hay personas que comen lo mismo que tú y engordan, y te dirán "¿por qué tú no engordas y yo sí?" Pues eso es por la sensibilidad a la sal en el caso de la hipertensión. Hay determinados receptores genéticos en el riñón que hacen que haya personas que coman sal y desarrollen hipertensión, pero hay gente que come muchísima sal y que no la desarrolla”.
“Es importante dar el mensaje de que no es el salero de la mesa, pero el sodio sí. El 80 % de los hipertensos son sensibles a la sal. Con reducirla, podemos quitar también un fármaco antihipertensivo. Esta patología se caracteriza porque con una sola pastilla es imposible controlarte la tensión. Necesitas una media entre dos y tres fármacos para hacerlo. Entonces, solamente reducir la sal a niveles adecuados puede hacer que una pastilla te la puedas quitar porque no sea necesaria”, añade.
Por último, el doctor García recalca la importancia de la formación y la información, sobre todo para quitar algunos mitos: “El mito más importante es el de que es una asesina silenciosa. Eso ya te lo digo yo que no es verdad. Lo que pasa es que hay que saber, como en las series de asesinos, ¿no? Hay que saber cuáles son las claves que te da la patología. Si tú conoces la patología, no me refiero como profesional, sino como población, el asesino lo cazas antes de que te maten. Esto te da síntomas, te da avisos. Lo que pasa es que hay que saber cuáles son esos avisos. Y por eso viene la parte de la formación”.
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