“Yo solo pongo las manos y soy un instrumento, a Dios doy la gloria”, celebra el Dr. López de Victoria

El doctor Orlando López de Victoria narra las impresionantes experiencias que ha tenido en su trayectoria médica.

Isbelia Farías

    “Yo solo pongo las manos y soy un instrumento, a Dios doy la gloria”, celebra el Dr. López de Victoria

    “Yo no sano a nadie, si Dios no permite que esas células no sellen, esa herida no va a sanar. Ese es el milagro diario que vivo en la sala de operación. Yo solo soy el instrumento”, así lo ha declarado el doctor Orlando López de Victoria en entrevista exclusiva con la Revista de Medicina este viernes Santo

    López de Victoria tiene casi tres décadas ofreciendo el servicio de cirugía cardiovascular y torácica y afirma: “me siento orgulloso de ser un servidor en este campo de la salud. Me interesó inicialmente la cardiología y cuando hice mis rotaciones en cirugía general vi que tenía unas destrezas motoras y luego hice la rotación de cirugía cardiovascular en el hospital San Lucas, de Ponce y como mentor tuve al doctor Víctor Carlos y al doctor Salvador Jiménez, quienes me instruyeron a seguir la cirugía cardiovascular porque vieron en mí un potencial”.

    También añade que ahora mismo, en Puerto Rico, están teniendo una escasez de cirujanos cardiovasculares y torácico, por lo que él le está pidiendo al Señor, a Dios, que le dé las energías para seguir y afirma que: “muchas veces, casi todos los días, cuando me siento cansado, exhausto, y siguen llegando pacientes graves, muriendo, y hay muchos consultores que quieren que salga corriendo y deje de atender lo que estoy haciendo en ese momento, humanamente me siento con ganas de querer salir corriendo, pero me calmo sabiendo que a Jesucristo le ocurrió peor”, sobre todo cuando dijo que “la mies es mucha y los trabajadores son pocos” (Mateo 9: 37), y que “oremos al padre para que supla a los trabajadores”, así que “yo veo todo esto como una oportunidad para Dios mostrarme que Él está en control y que Él abre todos los días el Mar Rojo, sin importar las circunstancias”, destaca el especialista.

    “Todos los días veo el Mar Rojo abrir y eso es una cosa maravillosa”, resalta López de Victoria, quien también sostiene: “todo se aclara, todo se disipa, la gente se sana sin yo tocarlos y veo la mano de Dios en todos los caminos, tal como lo ha prometido, que siempre estará y nunca va a fallar”, dijo. 

    Asimismo, agrega: “he tenido casos en los que la literatura no ha sido clara si se deben operar o no, y en esos casos yo he operado por fe. Casos en los que hay una duda razonable, un miedo de no tener un buen resultado, pero he aprendido a confiar en Dios y a pedirle a Él que me ayude en esas cirugías que yo catalogo como 'cirugías por fe', las cuales han sido un gran testimonio, no solo para los pacientes y sus familias, sino para mí, ya que he logrado tener un éxito en la ciencia médica, aún cuando no hay literatura escrita sobre esa cirugía o que parecen imposibles y Dios me ha dado la victoria, así que a él le tengo que dar la gloria”.

    López De Victoria indica que en su formación como cirujano ha tenido contacto con diferentes pastores y líderes de iglesias a quienes Dios les ha hablado y ellos les han dado el mensaje, además de ungir sus manos. Uno de estos pastores le comunicó que Dios le usaría como un instrumento de sanidad y como un instrumento para Dios glorificarse, lo cual le hace recordar a pacientes que han visto en sueños e imágenes su rostro, incluso cuando el especialista López no se ha presentado, pero ellos ya saben de quién se trata porque Dios les ha hablado y son los pacientes quienes le dicen: “prepárate porque va a pasar esto”, además de haber tenido pacientes que han muerto, han resucitado y luego han expresado, dando fe y testimonio, siempre de lo mismo, que Jesucristo está al otro lado, por lo que el especialista se impresiona de recibir el mismo mensaje en todas las ocasiones, de que Jesús es el camino, la verdad y la vida, y nadie va al Padre si no es por él.

    Esto también le hace recordar al consagrado médico las palabras de 1Timoteo 2:5 en donde se dice que: “Porque hay un solo Dios, asimismo un solo Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús”, por lo que, entre el camino científico y la Palabra bíblica, según el galeno, hay coincidencia, algo que le resulta impresionante, pues, gente que ha muerto y que López de Victoria ha estado a punto de declarar muertos, han podido resucitar sin ninguna complicación médica, y dar testimonio de lo que vieron.

    Mientras el paciente está muriendo, el doctor López confiesa que él está clamando para que no se lo lleven, ya que el fin de todo médico es la sanidad y que la gente viva, como él mismo lo dice. “Jesucristo me está escuchando, que no cambie, que siga ahí, para mí es un honor”, es lo que los pacientes le han dicho, afirma el galeno.

    López se siente privilegiado de vivir esta experiencia y esto le impide cambiar su forma de ser. Cada vez se suman más pacientes a sus consultas, “al final de los tiempos el evangelio va a llegar por el testimonio de las personas y este es mi testimonio”, afirma el cirujano. Es cierto que Dios da y Dios quita, por lo que algunos pacientes quizá mueran, pero él ha visto pacientes que Dios le ha colocado para presentarle en su último momento su alternativa de la vida eterna y de que es por fe que hace más de 2.000 años vino Jesucristo, quien es Dios hecho hombre, murió en la cruz y pagó nuestros pecados con su sangre. “Si creemos en eso y nuestra boca lo confiesa, seremos salvo”, enfatiza.

    El médico añade: “Estoy claro que su creación es mejor que cualquier invención del hombre... El cuerpo humano es una máquina de perfección… Lo que Dios creó todavía sigue siendo mejor que lo que ha inventado el hombre, el paciente dura más y vive más. Todo lo que ha inventado el hombre no ha llegado a ser mejor que lo que Dios ha creado. Cada día antes de llegar a una sala de operación yo invito a que Dios entre a mi sala y que sea Él quien se manifieste”.

    “Mire doctor, no cambies porque Jesucristo te está escuchando”, son palabras que le han dicho sus pacientes luego de experiencias trascendentales. Finalmente, López invita a que los demás médicos se dejen utilizar por Dios y estrechen su relación con el Señor.




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