Así funciona la técnica de las manecillas del reloj para rotar las zonas de inyección de insulina

Experta explica los factores indispensables para lograr una adecuada administración de la insulina.

Luisa Ochoa

    Así funciona la técnica de las manecillas del reloj para rotar las zonas de inyección de insulina

    Los pacientes con diabetes tipo 1 y algunos con diabetes tipo 2 según sea su presentación clínica, pueden necesitar administrarse insulina de forma rutinaria para controlar los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo. 

    Sin embargo, autoaplicarse la insulina requiere identificar los tipos de insulina que existen y sus presentaciones, así como también los dispositivos disponibles actualmente para administrarla.

    En ese sentido, un aspecto clave que necesitan conocer los pacientes es el método de las manecillas del reloj para variar las zonas de inyección de insulina. Al respecto, la Dra. Wilnelia Medina, endocrinóloga del Hospital Universitario de Adultos del Recinto de Ciencias Médicas, brindó una serie de recomendaciones sobre el tema, en entrevista exclusiva para la Revista Medicina y Salud Pública.

    Áreas designadas para inyectar insulina: técnica de las manecillas

    “La más común es el área del abdomen, que serían dos pulgadas retiradas del ombligo, también estaría la parte anterior de los muslos; la parte posterior de los brazos y la parte superior de los glúteos. Una vez designamos estas áreas, lo importante es rotar la zona de inyección utilizando el método de las manecillas del reloj en cada inyección”.

    Pero, ¿por qué es importante rotar las zonas de inyección de insulina? Fuentes médicas refieren que la mala rotación de estos lugares puede formar una especie de callos del tejido subcutáneo o lipodistrofias, que son prominencias de grasa subcutánea o nódulos blandos que aparecen frecuentemente como una complicación local en estos pacientes.

    La técnica de las manecillas del reloj hace referencia a seleccionar la zona de aplicación y dividirla en cuatro cuadrantes, usando uno por semana y rotando de acuerdo a las manecillas, con el fin de evitar las complicaciones anteriormente descritas.

    También se recomienda cambiar los lados dentro de la misma zona de inyección. Una alternativa sería que, por ejemplo, si la dosis de la cena se aplica en los muslos, el paciente puede inyectarse una noche en el muslo derecho y a la siguiente noche en el muslo izquierdo.

    ¿Cómo preparar una inyección de insulina?

    La Dra. Medina explicó de forma gráfica el paso a paso para preparar una inyección de insulina. 

    “Si optamos por el método de jeringa y el frasco de insulina, lo primero siempre es lavar nuestras manos con agua y jabón. Una vez vamos a utilizarla, lo primero es frotar el frasco de insulina entre nuestras manos de 1 a 10 segundos para calentar la misma”, afirmó.

    Después de esta preparación, la endocrinóloga recomienda limpiar la boca del frasco de insulina con una gasa de alcohol, posteriormente se carga con aire la cantidad de unidades que se van a usar en la jeringa; se introduce la jeringa en el frasco de insulina, se descarga el aire y se carga la cantidad de insulina deseada.

    “Cuando hablamos de las plumas de insulina, la manera de utilizarlas es primero colocar la aguja que viene de forma individual; entonces procedemos a hacer una prueba. En la prueba vamos a cargar dos unidades de insulina girando la perilla dosificadora, luego quitamos el protector y apretamos el botón dosificador hasta que la ventana nos diga nivel 0 y luego la cargamos con la cantidad de unidades deseadas”, detalló.

    Una vez que los pacientes tienen la dosis de insulina lista para administrar, el proceso sigue con la preparación de la piel en la zona de inyección previamente definida. 

    “Una vez tenemos la zona que vamos a utilizar y la insulina preparada, procedemos a limpiar el área de inyección con una gasa de alcohol. Una vez esté completamente seca hacemos un pliegue con nuestros dedos, solamente un pliegue de la piel y entonces procedemos a inyectar la insulina”, sugirió la Dra. Medina.

    “Se recomienda inyectar entre 45 a 90 grados en la piel. Una vez introducimos la aguja vamos a apretar el émbolo de administración y a contar diez segundos. Una vez la aplicamos, retiramos el pliegue y la misma aguja en la dirección que entró”, enfatizó.

    Cuidados adicionales de las insulinas

    Para descartar los desechos cortopunzantes en el caso de que el paciente use el frasco y la jeringa, es importante arrojarlos en un frasco plástico grueso o un empaque de color rojo destinado a ese tipo de material. 

    Por otro lado, cuando se habla de las plumas de insulina, la endocrinóloga indica que solo se va a descartar la aguja, que viene con su tapa protectora para desenroscar. 

    En cuanto a su refrigeración, “las insulinas abiertas se pueden mantener a temperatura ambiente, menos a 30 grados Celsius, o a 86 grados Fahrenheit. La pluma de insulina se tapa con su protector y sin aguja”, mencionó la Dra. Medina.

    Independientemente que un paciente utilice jeringas de insulina, plumas de insulina desechables y no desechables o bombas de insulina como método de administración, los cuidados para su correcta administración son en su mayoría los mismos.

    Vea el programa completo aquí.

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