Dieta baja en calorías pudiera retrasar crecimiento de tumor pancreático, según estudio experimental

El análisis revela que una dieta baja en calorías, pero no una dieta cetogénica, ralentiza el crecimiento del cáncer de páncreas.

Yolimarian Torres Yolimarian Torres

    Dieta baja en calorías pudiera retrasar crecimiento de tumor pancreático, según estudio experimental

    Con el objetivo de evitar el crecimiento de tumores, un grupo de investigadores encontró que una dieta con restricción calórica puede frenar el aumento de células cancerosas. Sin embargo,  los científicos aclararon que no se trataría de las dietas de moda, sino una que sería diseñada para el paciente dependiendo de su estado de salud.

    "Muchos de los consejos o modas culturales que existen no se basan necesariamente en la ciencia. Parecía que había una oportunidad, especialmente con nuestra comprensión del metabolismo del cáncer que ha evolucionado tanto en los últimos 10 años más o menos, que podríamos tomar algunos de los principios bioquímicos que hemos aprendido y aplicar esos conceptos para entender esta compleja cuestión", indican. 

    La literatura médica refiere que las células cancerosas consumen una gran cantidad de glucosa, por lo que algunos científicos habían planteado la hipótesis de que la dieta cetogénica o la restricción calórica podrían frenar el crecimiento del tumor al reducir la cantidad de glucosa disponible.

    El estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (Estados Unidos), publicado en Nature, encontró que los resultados no sugieren que los pacientes con cáncer deban seguir una dieta particular, y creen que los resultados justifican un estudio más profundo para determinar cómo podrían combinarse las intervenciones dietéticas con los fármacos existentes o emergentes para ayudar a los pacientes con cáncer.

    "Hay muchas pruebas de que la dieta puede afectar a la rapidez con que progresa el cáncer, pero esto no es una cura; Aunque los hallazgos son provocativos, se necesitan más estudios, y los pacientes individuales deben hablar con su médico sobre las intervenciones dietéticas adecuadas para su cáncer", dijo Matthew Vander Heiden, y autor principal del estudio.

    Estudios anteriores han sugerido que una dieta hipocalórica podría ralentizar el crecimiento tumoral en algunos contextos, y se ha demostrado que una dieta de este tipo prolonga la vida en ratones y muchas otras especies animales. Un número menor de estudios que exploran los efectos de una dieta cetogénica en el cáncer han producido resultados no concluyentes.

    Para profundizar en el mecanismo, analizaron el crecimiento tumoral y la concentración de nutrientes en ratones con tumores de páncreas, que fueron alimentados con una dieta normal, cetogénica o restringida en calorías. Tanto en los ratones cetogénicos como en los restringidos en calorías, los niveles de glucosa descendieron. En los ratones con restricción calórica, los niveles de lípidos también disminuyeron, pero en los ratones con dieta cetogénica, aumentaron.

    La escasez de lípidos perjudica el crecimiento de los tumores porque las células cancerosas necesitan lípidos para construir sus membranas celulares. Normalmente, cuando los lípidos no están disponibles en un tejido, las células pueden fabricar los suyos propios.

    Como parte de este proceso, necesitan mantener el equilibrio adecuado de ácidos grasos saturados e insaturados, lo que requiere la acción de la estearoil-CoA desaturasa (SCD), enzima encargado de convertir los ácidos grasos saturados en insaturados.

    Tanto las dietas restringidas en calorías como las cetogénicas reducen la actividad de la SCD, pero los ratones sometidos a la dieta cetogénica tenían lípidos disponibles en su dieta, por lo que no necesitaban utilizar dicha enzima. En cambio, los ratones sometidos a la dieta restringida en calorías no podían obtener ácidos grasos de su dieta ni producir los suyos propios. En estos ratones, el crecimiento de los tumores se ralentizó significativamente.

    "La restricción calórica no solo priva a los tumores de lípidos, sino que también perjudica el proceso que les permite adaptarse a ella. Esa combinación contribuye realmente a la inhibición del crecimiento tumoral", afirma Lien.

    Además de su investigación con ratones, los investigadores también examinaron algunos datos en humanos. En colaboración con Brian Wolpin, el equipo obtuvo datos de un amplio estudio de cohortes que les permitió analizar la relación entre los patrones dietéticos y el tiempo de supervivencia de los pacientes con cáncer de páncreas.

    A partir de ese estudio, los investigadores descubrieron que el tipo de grasa consumida parece influir en la evolución de los pacientes que siguen una dieta baja en azúcar después de un diagnóstico de cáncer de páncreas, aunque los datos no son lo suficientemente completos como para sacar conclusiones sobre el efecto de la dieta, advierten los investigadores.

    Advertencia a los pacientes

    Aunque este estudio demostró que la restricción calórica tiene efectos beneficiosos en los ratones, los autores no recomiendan que los pacientes con cáncer sigan una dieta de restricción calórica, que es difícil de mantener y puede tener efectos secundarios perjudiciales.

    Sin embargo, creen que la dependencia de las células cancerosas de la disponibilidad de ácidos grasos insaturados podría aprovecharse para desarrollar fármacos que ayuden a frenar el crecimiento tumoral.

    Una posible estrategia terapéutica podría ser la inhibición de la enzima SCD, que cortaría la capacidad de las células tumorales de producir ácidos grasos insaturados.

    "El objetivo de estos estudios no es necesariamente recomendar una dieta, sino comprender realmente la biología subyacente porque proporcionan una idea de los mecanismos de cómo funcionan estas dietas, y eso puede llevar a ideas racionales sobre cómo podríamos imitar esas situaciones para la terapia del cáncer", señalan.

    Los investigadores planean ahora estudiar cómo las dietas con una variedad de fuentes de grasa -incluyendo grasas de origen vegetal o animal con diferencias definidas en el contenido de ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados- alteran el metabolismo de los ácidos grasos del tumor y la proporción de ácidos grasos insaturados y saturados.

    Fuente consultada aquí

    Licenciada en Comunicación Social egresada de la Universidad de Los Andes, Táchira, Venezuela. Locutora Certificada por la Universidad Central de Venezuela. Redactora de Medicina y Salud Pública.

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