Dr. Raúl Yordan: una vida de servicio entre la milicia y la oftalmología

El galeno aún no piensa en su retiro como profesional de la salud luego de haber cumplido 90 años, de los cuales, más de la mitad han sido de servicio a la comunidad.

Angélica Claudio Merced

    Dr. Raúl Yordan: una vida de servicio entre la milicia y la oftalmología

    El doctor Raúl Yordan ha acumulado experiencias de vida entre la oftalmología y la milicia, entre Puerto Rico, España y Alemania. Acaba de cumplir 90 años y dice que no tiene intenciones de retirarse de la profesión que realiza desde hace casi seis décadas. 

    Una de sus pasiones: la milicia

    Conversar con este aiboniteño, criado entre Mayagüez, Río Piedras y el Viejo San Juan, es similar a abrir un libro lleno de memorias históricas, personales y trascendentales. Estudió en Puerto Rico hasta la escuela superior, luego se trasladó a España para estudiar Medicina en la Universidad de Barcelona. Mientras estudiaba medicina se casó y tuvo a su primera hija en España y poco tiempo después sirvió como militar en Alemania durante la época de la Guerra Fría, conflicto bélico entre la Unión Soviética y Estados Unidos

    “Para los años del 1958 al 1959 más o menos, ya la cosa está caliente en Europa y yo era militar, era oficial de infantería. Tuve que parar la carrera para venir a Puerto Rico para traer a mi esposa y a mi hija a un lugar seguro porque yo tenía que servir  militarmente en la Guerra Fría cuando empezó la guerra con la Unión Soviética. Y ahí estuve enfrentado a las tropas rusas soviéticas. En cualquier segundo ellos iban a arrollar mi posición, quizás moriríamos todos. Pero entonces (el presidente John F.) Kennedy ganó la batalla y se pudo evitar la Tercera Guerra Mundial. En ese momento ya estábamos con el dedo en el gatillo todo el tiempo porque era casi inminente una guerra. Y entonces vine a Puerto Rico a hacer mi internado. Eso fue en 1962”, recordó Yordan, ya retirado de la milicia. 

    Dr. Yordan junto a su esposa y colega.
    El Dr. Yordan es reconocido como el oftalmólogo de mayor edad en la isla.
    En este momento está escribiendo sus memorias sobre la medicina militar en Puerto Rico.
    Su mayor satisfacción es poder seguir ejerciendo su profesión para ayudar a sus pacientes.
    El Dr. es pionero de los grupos médicos de atención durante los desastres en Puerto Rico.

    De su tiempo como militar también rememoró lo arduo que se le hizo combinar la milicia con la medicina. “Yo me comisioné como teniente segundo de infantería en la época de Corea.  Un año antes de yo graduarme de oficial de infantería acabó el conflicto de Corea y ya no tuve que ir. Pero al irme a estudiar a Europa allá serví en Alemania. Y cuando terminé la  carrera continúe siendo militar de reserva y entonces compaginaba con mi vida profesional como oftalmólogo. Fue muy difícil”, dijo quien junto a su primera esposa- ya fallecida- tiene otros tres hijos: un varón y otras dos mujeres.

    La oftalmología en su vida

    Su relación con la oftalmología se dio durante el tiempo en que estudiaba medicina en Barcelona y al coincidir con el hijo del oftalmólogo español Ignacio Barraquer, reconocido por sus investigaciones en cirugía de cataratas y fundador del Instituto Barraquer de Oftalmología, donde Yordan también estudió. “Yo estaba estudiando medicina en España y  junto con un compañero, el doctor Joaquín Barraquer, iba al Instituto Barraquer a empezar a hacer mis primeros estudios de oftalmología. El doctor Joaquín Barraquer ha sido el oftalmólogo más importante que yo he conocido en mi vida, fue mi profesor allá. En los primeros años no sabía (en qué iba a especializarse). Eso vino poco a poco”, contó, para añadir que aunque, le ofrecieron hacer residencias en ginecología y obstetricia, patología y pediatría, una vez conoció la oftalmología ya no le interesó otra especialidad.  

    Luego de estudiar en España, trabajó por varios meses en el Hospital de distrito de Fajardo y una vez aprobó el examen para estudiantes del extranjero se trasladó al Hospital Municipal de San Juan donde hizo un internado. Después fue aceptado en el Departamento de Oftalmología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. “Esa residencia consistía en que dábamos servicios a sala de emergencia del Centro Médico y cubríamos el Hospital Universitario, el Hospital de la Capital y veteranos. Ahí hice mis tres años e hice muchas cirugías de tanto accidente que llegaba y había que estar tres horas en la sala de operaciones. Cuando comencé la residencia de oftalmología me enviaron a (la Universidad de) Harvard en  Boston a hacer el curso de Ciencias Médicas y  de Técnicas de Oftalmología”, explicó doctor quien junto a su segunda esposa, la también oftalmóloga Ilsa Figueroa, tiene su práctica en la avenida Fragoso en Carolina. 

    Sobre sus experiencias como oftalmólogo en los llamados hospitales de campaña en la milicia indicó que fue una etapa fuerte. “Cuando estamos en guerra los hospitales de campaña proveen el servicio médico total absoluto de las tropas que están en combate y eso es una cirugía diferente porque no es la sala de operaciones tradicional. Esa fase es la peor porque llegan los helicópteros y las ambulancias cargadas con muchos heridos. Los de Vietnam no estuvimos  allí en combate, pero estuvimos en los hospitales de Estados Unidos y  allí se atendían los pacientes que venían heridos de Vietnam y atendimos muchos. Es muy fuerte estar en ese ambiente porque es terrible estar atendiendo personas que están a punto de morirse”, lamentó. 

    Sin embargo, esas vivencias lo prepararon para posteriormente trabajar en otros hospitales de campaña establecidos en Puerto Rico y Estados Unidos. “En Puerto Rico estuve en el cuerpo médico donde fui comandante de cuatro hospitales de campaña y también me invitaron a ser comandante de un hospital de 1,000 camas en Miami. Poco a poco fui cumpliendo en ambos lados, pero claro eso me impedía estar mucho tiempo con mis hijos porque salía a las cinco de la mañana y llegaba por la noche a casa después de trabajar en miles de cosas”, expresó el especialista en el cuidado de los ojos y la visión. 

    Entre proyectos y anécdotas únicas

    Uno de los proyectos que  mayor satisfacción le ha dado es haber organizado grupos médicos para ofrecer servicios en caso de terremotos y tsunamis en Puerto Rico. “Organicé en Puerto Rico un grupo de militares y de civiles para dar servicios de médicos en caso de un tsunami o de terremotos donde surgieran miles y miles de personas heridas. Esa unidad fue aprobada por el ayudante general de la Guardia Nacional de Puerto Rico. Cuando le llevé el proyecto se entusiasmó muchísimo y dijo que quería  llevarle eso al (entonces) gobernador (Alejandro) García Padilla, quien también se entusiasmó porque nunca había existido. El gobernador emitió una orden ejecutiva para que esa unidad fuera activada en la guardia estatal. La orden ejecutiva decía que el comandante tenía que tener el rango de general de brigada y fui general de brigada en esa unidad por un tiempo”, detalló el oftalmólogo. 

    Otro evento que nunca olvidará fue cuando conoció al papa Juan Pablo II durante su visita a Puerto Rico en 1984. Relató que formó parte de los cuatro coroneles seleccionados por la Fuerza Armada de Estados Unidos para atender al papa en cualquier emergencia médica. Se encargaron de establecer una sala de emergencia en la cancha de tenis de la Universidad del Sagrado Corazón, uno de los lugares a los que asistió durante su estadía en la Isla. “Por la tarde él iba a subir por una escalera acompañado con los obispos y el Cardenal (Luis) Aponte Martínez. Yo veo que va caminando y trato de tocarle la mano, pero no pude porque había mucha gente. Me quedé muy triste mirando al sitio donde él había pasado. Entonces veo que él sale detrás de la pared y viene hacia mí.  Tuve la suerte y la fortuna que me dio la mano y me dio una bendición.  Aún recuerdo aquellos ojos azules tan espectaculares que tenía. Ese es mi papá preferido. Me ha ayudado mucho en cosas médicas con mi familia y yo le pido a él ayuda cuando algo pasa”, mencionó quien desde los nueve años disfruta escuchar música clásica.

    Escribe sus memorias

    Recientemente, Yordan celebró con su familia sus 90 años de vida. Y aunque muchos se lo han pedido, no piensa en su retiro como oftalmólogo. “Llevo cerca de 60 años con oftalmología y en el día de hoy soy el oftalmólogo de mayor edad que está practicando oftalmología en Puerto Rico. Mucha gente me dice por qué no te retiras para que descanses. Mientras yo estoy viendo a pacientes en mi práctica, yo estoy disfrutando, ese es mi hobby. No tengo que retirarme. Me encanta mi trabajo. Ha sido mi pasión toda la vida”, dijo.

    Por lo pronto, se encuentra escribiendo sus memorias y quiere dejar un legado para futuros oftalmólogos en el país. “Estoy escribiendo la historia de mi vida.  Estoy escribiendo sobre la medicina militar en Puerto Rico, sobre la historia de mi familia, la de mi primera esposa y la doctora Figueroa que es mi (segunda) esposa. Paso prácticamente todo el día recogiendo información haciendo una búsqueda en la computadora gigantesca y la voy montando toda. Y para las futuras generaciones yo me esmero en que en la mayor cantidad posible de médicos escojan la oftalmología como su especialidad”, manifestó. 


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