Esta percepción sobre las enfermedades mentales y neurológicas persistió desde la época de Cristo hasta entrado el siglo XV y principios del XVI.
Durante la Semana Santa, o también conocida como Semana Mayor para la tradición católica-cristiana en todo el mundo, se rememoran los hechos milagrosos de Jesús, que van desde curar enfermos, convertir el agua en vino y resucitar entre los muertos.
Sin embargo, muchos de estos actos mencionados, hoy en día se pueden replicar gracias a los avances de la ciencia e incluso la concepción de las enfermedades ha evolucionado de forma tal que hoy en día son identificadas y tratadas dentro del campo de la medicina.
Algunas de ellas eran las enfermedades mentales o neurológicas, que causaban un comportamiento diferente y extraño en quien lo padecía frente a la percepción de las comunidades de esas épocas, quienes no comprendían el origen de estos "males".
Al respecto, la Dra. Carolina Vila Porras, catedrática auxiliar de la Escuela de Teología de la Universidad Católica de Puerto Rico, explicó que, esas dolencias siempre han existido en el ser humano, pero, no tenían atención, por lo cual, los actos de sanación de estas condiciones pudieron haber sido considerados como milagrosos.
"En aquella época no se conocían los nombres de muchas enfermedades. Por ejemplo, la epilepsia; se creía que era una persona poseída y como esa enfermedad, otras de tipo psíquico que no tenían atención y esas dolencias han existido siempre en el ser humano".
De hecho, esta percepción sobre las enfermedades mentales persistió hasta el siglo XV y XVI, durante la época del Renacimiento, ya que se creía que las personas con estos trastornos eran "poseídos por el demonio".
En ese contexto histórico y cultural, mediado por la tradición religiosa de las comunidades, la Dra. Carolina Vila explicó las implicaciones del significado de milagro para la sociedad de la época y el objetivo que tuvieron estos actos que hoy son recordados por más de mil millones de creyentes.
"La noción de la ciencia desde la concepción moderna dice que el milagro es un hecho no explicable por las leyes naturales y se le atribuye a una intervención sobrenatural de origen divino. Así define la Real Academia de la Lengua Española lo que es un milagro, pero esta concepción tiene ciertas dificultades", afirmó.
Para la experta, esta premisa refiere que el accionar de "Dios" como ser supremo se vería limitado cada vez más por los avances de la ciencia, basado en el hecho de que cada acto tendría una explicación a futuro, por lo tanto, no sería considerado un milagro.
Al respecto, indicó que más allá de estas concepciones, para la religión católica, "los milagros buscan que se profundice la fe, es decir, que el milagro y la fe están íntimamente relacionados. El milagro requiere la fe y una interpretación y no es una suspensión de las leyes naturales".
Por ejemplo, en el caso de enfermedades como la epilepsia, los textos bíblicos describen esta condición como "echar espumarajos, crujir los dientes y quedarse rígido". Para el caso de trastornos mentales, los mismos eran descritos como estar "endemoniado", por lo cual, las palabras liberación, sanación y milagro cobraban mayor importancia en esas épocas.
"Allí hay que tener en cuenta el hagiógrafo, el autor sagrado de cada libro y la evolución histórica de cada texto. Para eso, los exégetas bíblicos enseñan con sus métodos especializados a comprender como el texto ha evolucionado a través de su origen a como lo encontramos actualmente en la sagrada escritura", aclaró la Dra. Porras.
Sobre la persona de Jesús, quien levó a cabo estos milagros, la catedrática mencionó que hasta el día de hoy persiste la idea de que fue un hombre terrenal, quien hizo milagros en el nombre de ´Dios´ y realizó actos buenos. "El milagro es comprendido como una obra buena".
