Recomendaciones esenciales para el tratamiento y manejo de los cálculos renales

Un cálculo renal es un material sólido que se forma dentro del riñón. Estos cálculos pueden quedar atrapados a medida que se desplazan fuera del riñón y pueden obstruir los uréteres (los conductos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga), la vejiga o la uretra (el conducto que lleva la orina fuera del cuerpo).

Los cálculos renales pueden variar en tamaño, desde partículas similares a arena o grava hasta perlas e incluso tamaños mayores. Un cálculo puede bloquear el flujo de orina y causar un dolor intenso. También es posible que se desalojen y viajen a través del sistema urinario hasta salir del cuerpo sin causar demasiada molestia.

Tipos de cálculos renales

Existen cuatro tipos principales de cálculos renales:

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• El cálculo de calcio es el tipo de cálculo más común. El calcio se puede combinar con otras sustancias, como el oxalato (la sustancia más común), para formar el cálculo.
• Un cálculo de ácido úrico se puede formar cuando la orina contiene demasiado ácido.
• Un cálculo de estruvita se puede formar después de una infección en el aparato urinario.
• Los cálculos de cistina son poco comunes. Cistinuria, la enfermedad que causa estos cálculos, es hereditaria.

Cuidados desde el hogar

Para cuidar su salud y tratar los cálculos renales, es importante tomar algunas medidas de cuidado personal. Las acciones que debe tomar dependerán del tipo de cálculo que tenga, pero pueden incluir:

• Beber más agua y otros líquidos
• Comer más de algunos alimentos y reducir el consumo de otros
• Tomar medicamentos para ayudar a prevenir los cálculos
• Tomar medicamentos para ayudarlo a expulsar un cálculo (medicamentos antiinflamatorios, alfa-bloqueadores)

En algunos casos, se puede pedir que intente atrapar el cálculo renal. Para hacerlo, se le indicará que recolecte toda su orina y la filtre. Su médico de atención médica le dará instrucciones precisas sobre cómo llevar a cabo este procedimiento.

La importancia de los líquidos

Beber una cantidad adecuada de líquidos es fundamental para tratar y prevenir todos los tipos de cálculos renales. Mantenerse hidratado, es decir, tener suficiente líquido en el cuerpo, ayuda a mantener la orina diluida, lo que dificulta la formación de cálculos.

Ahora bien, el agua es la mejor opción para mantenerse hidratado. También se pueden incluir bebidas como el refresco de jengibre, o jugos de fruta. Asimismo, es importante tomar suficientes líquidos a lo largo del día para producir al menos 2 cuartos (2 litros) de orina en un período de 24 horas. Beber lo suficiente también ayudará a que la orina tenga un color claro, mientras que una orina de color amarillo oscuro puede indicar que no se está tomando suficiente líquido.

A su vez, se recomienda limitar el consumo de café, té y bebidas de cola a 1 o 2 tazas (250 o 500 mililitros) al día. La cafeína puede tener un efecto diurético y provocar una pérdida rápida de líquidos, lo que puede llevar a la deshidratación.

Alimentación en los cálculos de calcio

Algunas recomendaciones alimenticias en este tipo de cálculos renales suelen ser:

• Reduzca su consumo de sal.
• Consuma moderadamente alimentos ricos en calcio, como leche, queso, yogur, ostras y tofu, limitándolos a 2 o 3 porciones al día.
• Agregue limones o naranjas a su dieta, o disfrute de limonada fresca. Estos alimentos contienen citrato, que ayuda a prevenir la formación de cálculos.
• Reduzca la ingesta de proteínas, optando por carnes magras.
• Siga una dieta baja en grasa.
• No tome suplementos adicionales de calcio o vitamina D a menos que su médico lo recomiende.
• Tenga cuidado con los antiácidos que contienen calcio adicional.

Es importante tener en cuenta que su cuerpo aún necesita la cantidad adecuada de calcio obtenida a través de su dieta diaria. Limitar excesivamente el calcio puede aumentar el riesgo de formación de cálculos.

Alimentación y cálculos de ácido úrico

Algunos alimentos que se deben evitar en este tipo de cálculos renales son:

• Alcohol
• Anchoas
• Espárragos
• Levadura de cerveza o polvo de hornear
• Coliflor
• Consomé
• Salsas
• Arenque
• Legumbres (frijoles secos y arvejas)
• Hongos
• Aceites
• Carne de órganos (hígado, riñón y mollejas)
• Sardinas
• Espinaca
  

Fuente consultada aquí.