La inestabilidad familiar, ha contribuido a esta problemática al dificultar que los jóvenes desarrollen la capacidad de identificar y expresar sus emociones de manera correcta.
La Secretaria designada del Departamento de la Familia de Puerto Rico ha revelado preocupantes cifras relacionadas con la violencia juvenil en la isla. Según sus declaraciones, hasta el momento en el año 2023, se han registrado más de 8000 casos de maltrato, y existe el temor de que esta cifra continúe en aumento. La situación es alarmante, y se requiere una acción inmediata para abordar este problema.
Asimismo, la Policía de Puerto Rico ha confirmado la existencia de prostitución masculina juvenil en el país, lo que agrega otra dimensión de complejidad a la crisis de violencia juvenil que enfrenta la sociedad puertorriqueña.
Al respecto, el Dr. José Pons, un especialista en neuropsicología y psicología forense, ha analizado la situación en Puerto Rico y ha destacado la importancia de comprender la etapa de transición en la que se encuentran los adolescentes, donde se experimenta un rápido desarrollo de las funciones psicológicas.
Factores psicológicos: Comprendiendo la transición de los adolescentes
"En esta etapa, el sistema socioemocional se desarrolla más rápidamente que el sistema cognitivo, lo que puede llevar a que los adolescentes actúen impulsivamente antes de considerar las consecuencias de sus acciones". Expreso
El Dr. Pons también resaltó la importancia de los factores protectores para prevenir conductas disfuncionales, actos de violencia y comportamientos potencialmente peligrosos en los adolescentes. La crisis de violencia juvenil se ve agravada por la influencia de los medios sociales y la inestabilidad familiar.
Inestabilidad familiar un desafío crítico
La inestabilidad familiar es un factor crítico que contribuye a esta problemática, con muchas familias rotas y una falta de comunicación y supervisión. Este quiebre en la estructura familiar dificulta que los jóvenes desarrollen la habilidad de identificar y expresar sus emociones de manera saludable, lo que puede resultar en lo que se conoce como alexitimia, que es la incapacidad de reconocer y describir las propias emociones.
El Dr. Pons señaló que la alexitimia está relacionada con muchos de los casos de adolescentes que han participado en actos delictivos graves. "Los medios sociales agudizan y complican, porque esta generación está más en riesgo, incluso en familias que todo está organizado en términos de crianza aún faltan dos factores, el factor del control socioemocional que está en proceso y el factor cognitivo que está por debajo del socioemocional". Dijo el Dr. Pons.
Medios sociales y solidaridad rebelde: Influencias modernas
Además, se ha observado una "solidaridad rebelde juvenil" en esta generación, que se caracteriza por ser más independiente y menos influenciable debido a su exposición a los medios digitales y a un mundo más amplio de información.
La violencia en los jóvenes siempre ha existido, pero según el Dr. Pons, "en la actualidad se presenta con una mayor frecuencia y sofisticación debido a los avances en los medios de comunicación y a la crisis en las familias. Los problemas como el abuso de drogas, el alcoholismo, y la incapacidad de los padres para proveer el apoyo adecuado han llevado a traumas en los jóvenes y, en ocasiones, a su involucramiento en actos inapropiados en la sociedad".
Un llamado a la acción: Abordando la violencia juvenil en Puerto Rico
De acuerdo con el Dr. Pons "los casos de violencia han aumentado porque ha habido un rompimiento en la familia, entonces esto da precavida para actos de violencia con los hijos, produciendo traumas y en ocasiones involucran a sus hijos en actos inapropiados en la sociedad".
Así pues, la violencia juvenil en Puerto Rico es una crisis compleja que involucra factores sociales, familiares y psicológicos. Abordar esta problemática requerirá un esfuerzo coordinado y multisectorial para proporcionar el apoyo necesario a los jóvenes y sus familias, así como para prevenir la propagación de la violencia en la sociedad.
