Colesterol remanente podría ser un factor de riesgo en el infarto agudo de miocardio, según estudio

Los resultados del estudio arrojan la importancia de comprender y abordar el impacto del colesterol remanente en la salud cardiovascular.

Mariana Mestizo Hernández

    Colesterol remanente podría ser un factor de riesgo en el infarto agudo de miocardio, según estudio

    El colesterol remanente, compuesto por lipoproteínas ricas en triglicéridos, ha sido identificado en estudios anteriores como un factor lipídico clave asociado a la incidencia de enfermedades cardíacas coronarias. 

    Recientemente, se llevó a cabo un estudio en España para investigar la relación entre niveles elevados de colesterol remanente y el síndrome coronario agudo en pacientes hospitalizados. Los resultados de este estudio arrojan luz sobre la importancia de comprender y abordar el impacto del colesterol remanente en la salud cardiovascular.

    Colesterol remanente y su relación con enfermedades cardiovasculares

    La investigación llevada a cabo en España en 2020, basada en la cohorte PREDIMED, se centró en analizar la relación entre los niveles de colesterol remanente y eventos cardiovasculares graves en personas mayores con alto riesgo cardiovascular. 

    Los resultados revelaron que valores de colesterol remanente iguales o superiores a 30 mg/dl, pero no las lipoproteínas de alta (HDL) o baja (LDL) intensidad, estaban asociados con un mayor riesgo de padecer eventos cardiovasculares. Estos hallazgos resaltan la importancia de considerar el colesterol remanente como un factor de riesgo significativo en la evaluación y prevención de eventos cardiovasculares.

    Hallazgos

    Ahora bien, en la investigación, la cual fue publicada en el European Journal of Preventive Cardiology, examinó la asociación entre los niveles elevados de colesterol remanente y el riesgo de mortalidad e insuficiencia cardiaca a largo plazo en pacientes hospitalizados con síndrome coronario agudo. 

    Los resultados revelaron una conexión significativa entre los niveles altos de colesterol remanente y un mayor riesgo de mortalidad e insuficiencia cardiaca a largo plazo. Este estudio destaca la importancia de considerar y controlar el colesterol remanente como un factor de riesgo clave para la salud cardiovascular en pacientes con síndrome coronario agudo.

    “Se trata de un concepto relativamente nuevo que se engloba dentro de lo que actualmente se conoce como ‘riesgo cardiovascular residual’ y que se sale un poco de los factores de riesgo tradicionales que son la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo y el LDL. Sabemos que hay personas que aún teniendo niveles normales de LDL, siguen teniendo eventos cardiovasculares. Es otra forma de ver las partículas del colesterol circulante, que no son solo el LDL”, explicó el primer autor del estudio, Alberto Cordero, cardiólogo en el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de San Juan, en Alicante, e investigador en la Unidad de Investigación en Cardiología FISABIO, en Valencia.

    Mayor mortalidad a largo plazo

    El análisis incluyó a 7.479 pacientes con síndrome coronario agudo ingresados en el Complejo Hospitalario de la Universidad de Santiago (A Coruña) y en el Hospital Universitario de San Juan (Alicante) en un estimado de edad de 68 años. El colesterol remanente se calculó mediante la ecuación: colesterol total menos colesterol LDL menos colesterol HDL, y los valores mayores o igual a 30 mg/dl se consideraron altos.

    “Lo que hicimos fue comprobar cómo tenían el colesterol remanente los pacientes que ingresan por un infarto agudo de miocardio y vimos que el 45 % lo tiene alto, por encima de 30 g/dl”, señaló el experto.

    Asimismo, el estudio demostró una relación entre el colesterol remanente elevado y una mayor mortalidad a largo plazo en los pacientes tras el alta médica, así como más riesgo de reingreso por insuficiencia cardíaca.

    “Hemos visto que a partir de 60 mg/dl de colesterol remanente se eleva significativamente el riesgo de mortalidad en el seguimiento a cinco años”, agregó.

    No obstante, el estudio no observó una mayor mortalidad en la fase hospitalaria, ya que según explica el Dr. Cordero, “el colesterol remanente en esta fase no tiene un valor pronóstico porque lo que causa mortalidad es que tengan un infarto evolucionado, hipotensión, fallo renal, afectación del ventrículo, es decir, es una situación mucho más hemodinámica que metabólica. Sin embargo, los que han ingresado con el colesterol remanente elevado, aunque no fallezcan en la fase hospitalaria, a largo plazo sí que mueren más”.

    Factor de prevención

    Además de los hallazgos previos, el estudio también reveló una relación entre el colesterol remanente, la edad y el índice de masa corporal. “Hay una relación progresivamente decreciente con la edad: cuanto mayor es la edad, más bajos son los valores de colesterol remanente. Y cuanto más joven es la persona, más alto. Un índice de masa corporal alto también se asoció con mayor colesterol remanente”, explicó el Dr. Cordero.

    El cardiólogo también destacó la importancia de mejorar los informes de análisis clínicos para incluir el colesterol remanente. “En diversas sociedades científicas se ha elaborado un documento de consenso con el objetivo de mejorar la calidad de los informes y generar una mayor atención sobre este parámetro”, manifestó. 

    Esto permitiría identificar de manera más efectiva a aquellos pacientes que no tienen un control óptimo del colesterol remanente. La fórmula para calcular este tipo de colesterol es sencilla, “basta con restar al colesterol total, el LDL y el HDL. Lo que queda son partículas ricas en triglicéridos. Es una forma de ver los triglicéridos circulantes. Cuanto más bajo esté, mejor. Por debajo de 30”, concluyó.

     

    Fuente consultada aquí.

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