Importancia de la regulación en la ingesta de sodio y su impacto sobre la presión arterial

La sal no es el único ingrediente que aporta sodio y una dieta baja en sodio condujo a una reducción de la presión arterial sistólica en los participantes.

Jose Ibraim Alape

    Importancia de la regulación en la ingesta de sodio y su impacto sobre la presión arterial

    Un estudio prospectivo, llevado a cabo entre abril de 2021 y febrero de 2023 en dos ciudades de los EE.UU. UU., ha arrojado resultados sobre el impacto del sodio en la dieta sobre la presión arterial y la salud cardiovascular de los individuos. El estudio se centró en 213 personas de entre 50 y 75 años, con diferentes niveles de presión arterial: normotensión (25%), hipertensión controlada (20%), hipertensión no controlada (31%) e hipertensión no tratada (25%).

    Resultados del estudio

    Durante la investigación, se asignó a los participantes a consumir dietas altas en sodio (alrededor de 2200 mg de sodio añadidos diariamente a su dieta habitual) y bajas en sodio (alrededor de 500 mg diarios en total) en una secuencia prospectiva. Al final del estudio, se observaron diferencias significativas en la presión arterial entre las dietas alta y baja en sodio.

    La mediana de las medidas de presión arterial sistólica de los participantes mientras consumían sus dietas habituales era de 125 mm Hg. Con una dieta alta en sodio, esta cifra aumentó a 126 mm Hg, mientras que con una dieta baja en sodio, disminuyó significativamente a 119 mm Hg.

    Hipertensión arterial

    Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo en Argentina (2018), aproximadamente 1 de cada 3 argentinos padece Hipertensión Arterial. Aún más alarmante, el estudio RENATA (Registro Nacional de Hipertensión Arterial) reveló que el 38,8% de los hipertensos desconocen su condición, lo que subraya un alto nivel de subdiagnóstico.

    La hipertensión arterial no controlada aumenta el riesgo de graves complicaciones de salud, como el Infarto Agudo de Miocardio, el Accidente Cerebro Vascular (ACV) y enfermedades renales.

    Impacto del sodio en la dieta

    El sodio, un mineral esencial para el funcionamiento del cuerpo, puede tener un efecto perjudicial en la salud cuando se consume en exceso. La mayor fuente de sodio en la dieta proviene de la sal de mesa (cloruro de sodio) y, principalmente, de los alimentos procesados y ultraprocesados. Las industrias utilizan el sodio como conservante, y se estima que el 75% del sodio proviene de estos alimentos.

    En Argentina, el consumo promedio de sal es de 12 gramos por día, lo que equivale a 2 1/2 cucharaditas de té. La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario de menos de 5 gramos, lo que equivale a una cucharadita de té.

    Recomendaciones para llevar una dieta saludable

    Para mantener una dieta baja en sodio y cuidar la salud cardiovascular, es fundamental evitar el uso de sal, optando por alternativas como hierbas, especias y jugo de limón. También se recomienda enjuagar los alimentos enlatados para reducir su contenido de sal. Una alimentación saludable debe incluir frutas, verduras, cereales integrales, carnes magras, semillas, frutos secos y lácteos descremados, evitando alimentos procesados y ricos en sodio, así como dulces y bebidas azucaradas. 

    Limitar el consumo de alcohol y bebidas con cafeína también es importante. Cocinar al vapor, a la parrilla, al horno o en el microondas ayuda a resaltar el sabor natural de los alimentos. Mantener un estilo de vida activo y leer las etiquetas de los alimentos buscando un bajo contenido de sodio son acciones clave para mejorar la salud cardiovascular.

    Cabe resaltar que, este estudio subraya la importancia de educar a la población sobre el impacto del sodio en la dieta en la presión arterial y la salud cardiovascular. La prevención y el control de la hipertensión arterial desempeñan un papel crucial en la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares. La combinación de una dieta baja en sodio y una alimentación saludable puede tener un impacto positivo en la presión arterial y la salud en general.

    Fuentes: aquí y aquí


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