Sangrado excesivo, baja presión y taquicardia podrían ser la principal causa de muerte de Jesucristo

El volumen de sangre perdido durante las flagelaciones o la corona de espinas, sumado a los demás traumatismos físicos, pudieron ocasionar un shock hipovolémico.

María Camila Sánchez

    Sangrado excesivo, baja presión y taquicardia podrían ser la principal causa de muerte de Jesucristo

    Dadas las condiciones que rodean la muerte de Jesús de Nazaret, más allá del mero hecho de la crucifixión, como las condiciones climáticas, la postura que mantuvo cuando fue crucificado, las lesiones en tórax y espalda por la flagelación, y en el cráneo por la corona de espinas, sin hablar de los múltiples traumatismos que recibió.

    Por ello, durante años, investigadores médicos, científicos e historiadores han querido develar las principales razones que lo llevaron a su muerte, teniendo en cuenta todo lo anterior.

    Impacto de la flagelación sobre la salud cardiovascular

    Por ello, y como parte de la programación especial por Semana Santa preparada por la Revista Medicina y Salud Pública, conversamos en exclusiva con el Dr. Edmundo Jordán, destacado cardiólogo y pasado presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Cardiología, quien desde el punto de vista histórico y médico, conversó sobre las posibles causas de muerte cardiovasculares de Jesús.

    Según el especialista, ante la presencia de traumatismos, en este caso la flagelación, el corazón aumenta su ritmo cardíaco por encima de 100 latidos por minutos, además de que hay una reacción simpática.

    "Cuando tú estás recibiendo dolor, hay vasoconstricción, se eleva la presión sanguínea, se eleva la frecuencia cardíaca", explicó. "Empiezan a perder agua, líquido y se deshidratan".

    Corona de espinas y un posible shock hipovolémico

    Como es bien sabido, las Sagradas Escrituras relatan el uso de una corona de espinas que perforó el cuero cabelludo, la piel y posiblemente el cráneo. "Pudo haber ocurrido cualquier posibilidad, porque era producir un trauma severo".

    Según el Dr. Jordán, este utensilio pudo provocar una pérdida importante de sangre que, de no tratarse a tiempo, puede terminar en una pérdida grave de sangre.

    "La pérdida de sangre, si no hay un proceso de coagulación y el paciente sigue sangrando por traumas repetitivos, pues el paciente va a llegar a shock hipovolémico, que es pérdida de sangre que no está siendo restituida, y el paciente va a tener taquicardia, o infarto por alta demanda".

    La literatura médica define el shock hipovolémico como una emergencia médica provocada por la pérdida del 30 o 40% del volumen sanguíneo. En este caso, esa pérdida de sangre inició desde las flagelaciones, seguido de la corona de espinas así como la instauración posterior de los clavos en las manos y los pies.

    Shock hipovolémico y falla multiorgánica

    En algunas ocasiones, esta complicación tiene como consecuencia el fallo simultáneo en múltiples órganos, como los pulmones, los riñones, el cerebro o el corazón. "El shock hipovolémico puede llevar a falla de múltiples órganos, y se puede dar por acceso inapropiado a la oxigenación de los tejidos".

    Cuando los órganos no reciben la oxigenación adecuada, van a fallo terminal. Esto, sumado a un shock hipovolémico prolongado, puede generar un infarto cardíaco por alta demanda en el paciente y fallo respiratorio.

    Deshidratación y sobreesfuerzo físico

    Investigaciones recientes han sugerido que, posiblemente, Jesucristo no cargó la cruz completa, pero sí la parte horizontal a la que posteriormente le clavaron los brazos. Aún así, se estima que ese trozo de madera era grande y pesado, por lo que cargarlo en su estado, pudo desencadenar múltiples complicaciones a nivel sistémico.

    "Eso causa trauma directo a la espalda, espasmo muscular, además de eso, si estaba deshidratado el que le pusieran un peso extra, lo aniquilaron", enfatizó. "Tiene pérdida de volumen sanguíneo significativo, posiblemente la presión sanguínea en el piso, con taquicardia, sin tener agua, mareado, aturdido y, en algún momento, con posible pérdida de la conciencia".

    Crucifixión invertida del apóstol San Pedro: influencia de la postura que mantuvo

    La Biblia relata que, si bien el apóstol San Pedro también fue crucificado, su cruz fue ubicada de cabeza. Esto produce la acumulación de la sangre en la parte de la masa encefálica, y entorpece el flujo sanguíneo.

    "Todo lo que es acumulación inadecuada de bombeo de sangre por la gravedad, puede ocasionar congestión en todos los órganos. Los pacientes pueden sangrar por la nariz o sangrar por los ojos".

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