Alérgenos, dieta y medicación: tres componentes claves para tratar la esofagitis eosinofílica

Experto explica cómo lograr un tratamiento exitoso en los pacientes que padecen la enfermedad por reflujo gastroesofágico.

Luisa Ochoa

    Alérgenos, dieta y medicación: tres componentes claves para tratar la esofagitis eosinofílica

    Debido a que la esofagitis eosinofílica es una enfermedad crónica, las terapias actuales se enfocan en el control de los síntomas y la disminución de la inflamación en los pacientes.

    Sin embargo, para brindar un tratamiento adecuado, el Dr. Ginés Martínez Mangual, gastroenterólogo y director de la Unidad de Endoscopia del Hospital del Centro Comprensivo de Cáncer, mencionó tres aspectos fundamentales, que son: identificar los alergenos, manejar la dieta y utilizar los medicamentos para la condición.

    “Es una enfermedad que va a estar ahí, puede volver y se puede recrudecer, así que hay que mantener cambios en el estilo de vida; dieta; identificación de alergenos y uso de medicamentos que pueden utilizarse en dosificaciones más bajas. Pero definitivamente hay que hacerle un seguimiento permanente al paciente”.

    Importancia de identificar los alergenos

    Los antecedentes de alergias ambientales o alimentarias son uno de los factores de riesgo de esofagitis eosinofílica descritos en la literatura médica. Se ha estimado que las personas con asma, dermatitis atópica o una enfermedad respiratoria crónica tienen mayor predisposición de padecer la enfermedad.

    Por eso, el experto enfatiza en la importancia de consultar con un médico alergista para identificar las posibles alergias que el paciente tenga y así evitar las exacerbaciones de la condición o su progresión con el tiempo. 

    Terapia médico-nutricional en la esofagitis eosinofílica

    El segundo aspecto clave es el control de la dieta debido a que la terapia alimentaria es parte del manejo multidisciplinario que deben recibir los pacientes con esofagitis eosinofílica.

    “Las dietas balanceadas, o dietas mediterráneas, podrían tener algún beneficio en estas condiciones”, indicó el especialista.  

    “Muchos de los pacientes si logramos tratarlos desde diferentes formas como la dieta, identificar los alergenos y utilizar los medicamentos como antiácidos en combinación con los esteroides, usualmente la terapia que reciben dura alrededor de 6 meses a 1 año y mejoran dramáticamente en las primeras semanas, sin embargo, hay que mantenerlos un tiempo y luego si limitar el tratamiento e inclusive eliminar los factores que inciden en que se descompensen por la enfermedad”, puntualizó el Dr. Martínez.

    Medicamentos: esteroides o inhibidores de la bomba de protones

    El tercer y último factor relevante es el tratamiento farmacológico que permite disminuir las manifestaciones de la esofagitis eosinofílica.

    Existen dos principales medicamentos: inhibidores de la bomba de protones y esteroides que se recetan acorde a la asimilación del organismo de cada paciente diagnosticado.

    “Curiosamente, esta condición en un gran porcentaje, yo diría que el 80-85 % no mejora solamente con inhibidores con bomba de protones, sino que hay que darles esteroides inhalados, algunos se utilizan para el asma; sin embargo, en estos pacientes en vez de inhalar el medicamento, lo tragan”, señaló el experto.

    Avances en el desarrollo de nuevas terapias 

    El Dr. Martínez también añadió que, “hay unas terapias nuevas que han surgido para pacientes que son refractarios a tratamiento, por ejemplo, los anticuerpos monoclonales como el dupilumab que se utiliza para el asma y es un medicamento que ha demostrado ser excelente para pacientes con esofagitis eosinofílica, aunque hay un porcentaje de pacientes que responden bien a los antiácidos como el Lanzoprazol, Omeprazol y Esomeprazol”.

    Para el especialista, el manejo óptimo de la dieta, sumado a la identificación de alergenos ambientales o alimentarios y el uso de medicamentos para reducir la inflamación, pueden brindarle al paciente el control de los síntomas que se traduce en mejor calidad de vida.

    “Hay una responsabilidad que tiene el paciente de seguir las indicaciones médicas para que pueda mejorar”, concluyó el gastroenterólogo.

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