Perspectiva científica y biológica de la participación de hombres trans en eventos deportivos

Las opiniones divididas actuales en torno a este tema, podrían desencadenar una categoría exclusiva para la comunidad trans.

María Camila Sánchez

    Perspectiva científica y biológica de la participación de hombres trans en eventos deportivos

    Recientemente, en el mundo del deporte ha surgido una gran controversia relacionada a la participación de la comunidad transgénero en los eventos deportivos de talla mundial; se especula que estas personas podrían tener una ventaja biológica por encima de los demás competidores.

    En una conversación que sostuvo con la Revista de Medicina y Salud Pública, el Dr. Héctor Enrique Amy, director del Centro de Salud Deportiva y Ciencias del Ejercicio del Departamento de Medicina Física del Recinto de Ciencias Médicas de Puerto Rico, aseguró que efectivamente estos competidores que transforman su cuerpo biológicamente de hombre a mujer, sí tienen condiciones físicas que les permiten tener un rendimiento mayor, en comparación con el resto de las participantes.

    “En términos generales, podríamos establecer, por diferentes estudios y evaluaciones que se han hecho, que obviamente la población trans, especialmente aquellos que cambian de varones a mujeres, van a tener ventaja siempre en la competencia deportiva y eso es así porque fisiológicamente nuestro cuerpo funciona de cierta manera”, afirmó el especialista.

    Los primeros cambios palpables entre los organismos de cada sexo empiezan en la pubertad, cuando los niveles de testosterona en los hombres, y progesterona en las mujeres se disparan y los cuerpos inician el proceso de maduración. 

    “Es decir, en el varón para ver una capacidad cardiorrespiratoria mayor: va a tener pulmones más grandes, un corazón más grande, una estructura ósea más grande, músculos más grandes, una estatura significativamente más alta que las mujeres. Por lo tanto, van a haber unas ventajas fisiológicas, sin necesidad de entrar con el aspecto hormonal”, enfatizó el doctor.

    Adicionalmente, el experto argumentó que la testosterona es, quizás, la hormona que contribuye y facilita el aumento de masa muscular en los hombres. “Y no es que la hembra no pueda mantener una masa muscular, sí la mantiene, pero no es capaz de estimular una hipertrofia muscular de forma natural similar a la del varón. Para que una mujer pueda tener una masa muscular extendida, va a tener que consumir esteroides anabólicos”. 

    El Comité Olímpico Internacional dispuso la primera norma que permitía competir a las deportistas transexuales en las pruebas femeninas en 2003 y la modificó en 2015. Estableció requisitos para la participación de una transexual que se declare mujer y fijó un tope en los niveles de testosterona de 10 nanomoles por litro de sangre.

    Actualmente, se ha cuestionado la igualdad de oportunidades en el deporte y los derechos de las personas que cambian de sexo, como resultado de la controversia que involucra a la nadadora transexual estadounidense, Lia Thomas, ya que surgieron comentarios y cuestionamientos sobre ella y su participación en la liga femenina de natación.

    “Sí, va a haber cambio a medida que tú suprimes la testosterona. Se estableció que, para que se diera una conversión de hombre a mujer, habría que suprimir la testosterona por una mayor cantidad de progesterona o de hormonas femeninas, y bajar los niveles de testosterona al equivalente de 5 milimoles por litro, que es todavía un poco alta, pero razonablemente baja. También deben estar en un proceso de tratamiento hormonal por 2 o 3 años”, ratificó el Dr. Amy.

    Para poder competir en las ligas femeninas, las participantes transexuales deben ser sometidas a una serie de pruebas fisiológicas en las que se miden los niveles de testosterona, y se determina la cantidad de hemoglobina y hematocrito para saber si hay un proceso fisiológico de reducción.

    "Se estableció una relación de 4 niveles de testosterona a 1 de epitestosterona permisibles para competir. Sin embargo, lo normal en un hombre es que sea una relación de 1 a 1, pero en el deporte, hace 20 años, la relación era 12 a 1, o sea que la cantidad de testosterona era más alta, aunque entonces no se medía con la misma precisión que se mide ahora”.

    El experto afirmó que en una competencia deportiva están involucradas diferentes especialidades médicas encargadas de potencializar el rendimiento y la salud de los competidores, dentro de las que se incluyen la psicología, la nutrición, la fisiología, la endocrinología, fisiatría, ortopedia, medicina primaria, entre otros.

    “Hasta el momento, en Puerto Rico, no hemos tenido todavía atletas que nos digan que quieren competir como mujer, pero nos estamos preparando porque eso puede pasar”.

    Tras las polémicas generadas en todo el mundo respecto a este tema, se podría empezar a estudiar la posibilidad de crear una categoría transgénero en varios eventos deportivos que permitan la participación de esta comunidad sin algún tipo de estigma o discriminación.

    “Yo tengo la sospecha de que se va a producir, quizás, un sistema donde pueda ver una categoría para los trans”, concluyó el experto. “En la medicina, la estructura establecida en el país no discrimina a nadie y acepta a cualquier persona como cualquier ser humano que le da el tratamiento que merece sin ningún problema”.

    Vea la entrevista completa: 


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