Estimulación cerebral profunda y diversas terapias para los pacientes con párkinson en Puerto Rico

En el Instituto de Neurociencias del Manatí Medical Center se brindan estos tratamientos especializados.

Luisa Ochoa

    Estimulación cerebral profunda y diversas terapias para los pacientes con párkinson en Puerto Rico

    La prevalencia de los trastornos del movimiento como la enfermedad de Párkinson van en aumento no solo en Puerto Rico sino en todo el mundo, ya que afectan comúnmente a la población que está envejeciendo.

    El párkinson es la segunda condición neurodegenerativa más común seguida del alzhéimer. En Puerto Rico se estima que el párkinson afecta a cerca de 25 mil personas y en los Estados Unidos a más de 1 millón de pacientes.

    Al respecto, el Dr. David Lozada, neurocirujano funcional y director de la Sección de Trastorno del Movimiento del Instituto de Neurociencias del Manatí Medical Center, explicó que, en el párkinson, "se van perdiendo unas células que crean dopamina y esa dopamina es un neurotransmisor que necesitamos para tener todos los movimientos coordinados".

    Parkinson vs. temblor esencial 

    A diferencia de otro trastorno del movimiento conocido como el ´temblor esencial´ que no está relacionado con la enfermedad de Parkinson y causa temblores rítmicos, en el párkinson los temblores ocurren cuando el cuerpo está en reposo, mientras que en el temblor esencial suceden cuando se realiza algún tipo de movimiento.

    Todos estos trastornos se originan en el cerebro, por lo tanto, los médicos encargados de atenderlos son los neurólogos. En Puerto Rico, los pacientes cuentan con los especialistas del Instituto de Neurociencias del Manatí Medical Center para recibir la atención de sus condiciones.

    Atención especializada del párkinson en Puerto Rico

    "La población de Puerto Rico sigue envejeciendo y el Parkinson es una condición que no se va a detener, por eso desde que creamos este programa continuamos mejorando para tener un mayor acceso a los pacientes", afirmó el Dr. Lozada.

    En el Instituto de Neurociencias se diagnostican y tratan a los pacientes que padecen trastornos del movimiento como el párkinson. Allí reciben un cuidado integral que abarca la terapia farmacológica y terapias adyuvantes como la terapia física, del habla y ocupacional, para complementar el tratamiento.

    "El proceso empieza por el neurólogo especialista en desórdenes del movimiento, quien hace el diagnóstico. Luego se evalúa si el paciente es candidato a cirugía. Después de que el paciente se opera pasamos a la parte postoperatoria y volvemos con la rehabilitación, terapia física, del habla y ocupacional", informó.

    Es importante explicar que "la mayoría de los pacientes responden al tratamiento farmacológico y es el tratamiento establecido por la Academia de Neurocirugía y la Real Academia de Neurología. Sin embargo, entre un 10 a 15 % de pacientes llegan a un momento donde la condición sigue progresando, entonces el medicamento no es suficiente y esos pacientes son candidatos a una cirugía que se hace desde hace tiempo que se llama la estimulación cerebral profunda", afirmó.

    Estimulación cerebral profunda para tratar el párkinson 

    El doctor explicó que la estimulación cerebral profunda genera unas corrientes en los neurotransmisores a través de la implantación de electrodos en un área profunda del cerebro. Estas corrientes logran una estimulación profunda que permite restablecer hasta cierto punto la neurofisiología que se ve afectada en los pacientes de párkinson.

    ¿Qué pacientes son candidatos?

    Por lo general, quienes reciben la estimulación cerebral profunda son pacientes que toman muchos medicamentos y logran un efecto duradero con los mismos. "Empiezan a tener fluctuaciones que se vuelven demasiado abruptas", explicó el doctor.

    Además de eso, deben cumplir ciertos criterios médicos para que esta terapia logre ser efectiva. 

    "El paciente por lo general debe tener un diagnóstico de párkinson de 4 años. La FDA no recomienda implantar un paciente con párkinson de menos de 4 años, la razón es porque en los primeros años de estos trastornos del movimiento hay otros tipos de condiciones que se parecen al párkinson, pero evolucionan diferente", afirmó.

    También se evitan pacientes que tengan depresión severa o que el párkinson haya afectado su área neuro-cognitiva, entre otros criterios a evaluar. 

    "Son aspectos básicos que hay que valorar, pero a veces es complejo. Todos los meses tenemos reuniones con los especialistas donde comentamos los casos más retantes y tomamos una decisión grupal", explicó el Dr. Lozada. 

    En el Instituto de Neurociencias de Puerto Rico, los pacientes pueden acceder a tratamientos de vanguardia para diferentes condiciones, ya sean los trastornos del movimiento, cerebrales, neuromusculares o convulsivos.

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