Según el especialista, tan solo el 1% de los participantes del estudio presentó altercados de salud, sin complicaciones a largo plazo o consecuencias.
Recientemente, Bristol Myers Squibb dio a conocer los resultados favorables de CAMZYOS para el tratamiento de la cardiomiopatía hipertrófica, una condición que consta del engrosamiento del miocardio, y que es frecuente en la población puertorriqueña.
Lo cierto es que una de las principales complicaciones asociadas al tratamiento tardío (o no tratamiento de la condición) es la fibrilación atrial, obstrucciones (cardiomiopatía hipertrófica obstructiva) o, en el peor de los casos, muerte súbita.
Por ello, y para conocer más sobre los beneficios de esta nueva alternativa terapéutica para los pacientes, la Revista Medicina y Salud Pública conversó con el destacado cardiólogo Dr. Jorge González, desde la pasada convención anual del American College of Cardiology Capítulo Puerto Rico.
“Esto es experiencia a largo plazo con el medicamento CAMZYOS para estos pacientes con cardiomiopatía hipertrófica, porque el riesgo más grande que tienen estos pacientes al usar el medicamento es la falla cardíaca, es decir, que se deprima tanto la función del corazón, que ellos terminen teniendo un fallo que los lleve al hospital o a morir”.
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Desde el inicio, los resultados en las primeras pruebas que se hicieron fueron muy positivos en términos de efectividad y seguridad del medicamento. Por tanto, el especialista señala que esto es un hito importante para la comunidad médica.
“Muchos cardiólogos, la mayoría, tenían mucho miedo de envolverse en esto pensando que era complicado el protocolo para administrar la medicina, ya que ellos podrían poner en riesgo a sus pacientes, y ahora tienen una data que les dice que esto es seguro para utilizarse en ellos, y se van a sentir mucho más cómodos”.
A través de un comunicado emitido recientemente por la empresa farmacéutica, se dieron a conocer los resultados tangibles del uso del fármaco. Por ejemplo, “se reportó sobre 1.524 pacientes en múltiples centros de Estados Unidos, Europa y en Asia, que solamente un 1% de pacientes, es decir, 14 pacientes se admitieron al hospital por fallo cardíaco, y todos fueron dados de alta. Además, un 2,8%, cerca de 44 pacientes, su fracción de pulso bajó de 54%, no se fueron en fallo, sino que regresó a su valor normal”.
Por lo tanto, el especialista alienta a colegas cardiólogos al no dudar de esta alternativa.
“Tenemos que sentirnos bien seguros de utilizar este medicamento porque es igual de seguro y efectivo, que lo que se demostró en los estudios pivote”.
Esta condición es muy prevalente, hereditaria en la que hay un crecimiento excesivo del músculo cardíaco. Según el especialista, la zona que más tiende a verse afectada es la del septo intraventricular, que separa al ventrículo izquierdo del derecho.
“Al engrosarse, obstruye la salida de la sangre del corazón, y esto puede ocasionar que el paciente presente síntomas de fallo, puede tener dolor de pecho, arritmias cardíacas no potencialmente mortales, puede tener pérdida de conciencia total o parcial, pérdida de la capacidad de mantenerse en pie, pero también hasta muerte súbita”.
Se estima que esta condición afecte a más de 20 millones de personas a nivel mundial, aunque según el Dr, González, solo se están diagnosticando el 25% de los casos.
“La motivación que tenemos aquí es concienciar a nuestra comunidad científica y clínica a que miremos esos ventrículos de los pacientes, y no pensemos que todo eso que se engrosa no es estenosis aórtica, hipertensión o corazón de atleta, que esta entidad existe y que tengamos la malicia de buscarla”.
Lo cierto es que hay muchas otras condiciones cardiovasculares que pueden suponer una hipertrofia a largo plazo, pero tal como menciona el experto, es necesario que los galenos tengan en consideración esta condición, cuyo pronóstico puede ser potencialmente peligroso, en comparación con otras enfermedades.
“Se nos está yendo entre los dedos, lo estamos dejando pasar y lo estamos achacando a otras condiciones que tienen un pronóstico menos malo que esta condición”, expresó. “Y también, porque los tratamientos que teníamos no servían, no había nada que tratara la causa de la condición”.
