En la época biblíca e incluso después en la Edad Media, a las personas con trastornos mentales o neurodegenerativos se las trataba como poseídas por espíritus diabólicos.
Los huesos son cronistas silenciosos de la historia humana, revelando narrativas fascinantes sobre la salud y las prácticas médicas ancestrales. Desde la prehistoria, pasando por la época biblíca y hasta por la Edad Media, los restos óseos junto a la literatura histórica han proporcionando pistas sobre la vida y las creencias médicas de nuestros antepasados.
En el pasado, las enfermedades mentales eran a menudo mal interpretadas como posesiones demoníacas, reflejando una época en la que el conocimiento del cuerpo humano era limitado y aún más de la mente. La esquizofrenia, el trastorno bipolar o la epilepsia, ahora conocidos como trastornos neurológicos y neurodegenerativos con consecuencias visibles como los brotes psicóticos o convulsiones, eran interpretados como intervenciones de espíritus malignos, tal como se relata en diversos pasajes de la Biblia y por ende, tratados con terapias tan increíbles como la trepanación.
La trepanación es una práctica médica que consiste en agujerear el cráneo y es considerada como una de las técnicas quirúrgicas más antiguas y severas que se conocen. A pesar de su crudeza, se han observado cráneos trepanados datados de la época antes y después de Cristo revelando signos de cicatrización e indicando la sobrevivencia de algunos pacientes que, incluso, se recuperaron parcialmente tras un detenido análisis paleopatológico.
Asimismo, aunque estas prácticas reflejan una comprensión errónea de las enfermedades, sugieren una intuición primitiva sobre la relación entre el cerebro y la cognición, que si bien eran atribuidas a entidades sobrenaturales, ahora son reconocidas como trastornos neurobiológicos con síntomas claros y delimitaciones en diferentes manuales médicos.
Sin embargo, no solo las enfermedades mentales eran vistas desde la lupa religiosa en la Biblia o la Edad Media, algunas enfermedades bacterianas, como el tétano y la rabia, también se asociaban a posesiones o brujería por sus síntomas de espasmos musculares e hidrofobia. Incluso, era tan común la trepanación como un intento de liberar a los enfermos de estas presuntas posesiones, que siglos después se identificaría la presencia bacteriana y la cicatrización del cráneo en un mismo cuerpo.
Recordemos, la famosa posición en "arco" provocada por el tétano y sus extremos espasmos musculares que serviría de inspiración y "ejemplo" por siglos del "dominio demoníaco" en un ser humano y que luego, se comprendería a profundidad por el mecanismo de acción de la bacteria clostridium en el cuerpo humano,
En un mundo donde la ciencia médica avanza, es esencial recordar el pasado para analizar cómo el tratamiento y manejo de las enfermedades ha evolucionado a lo largo del tiempo y conforme la ciencia médica abraza diferentes herramientas, como la paleopatología, que persigue descubrir a través de los huesos, la historia de aquel pasado donde el misterio y la superstición se entrelazaban con la búsqueda de curación, comprensión y una temprana medicina.
De hecho, entre las numerosas enfermedades y lesiones documentadas en restos humanos antiguos se encuentran fracturas óseas, infecciones, enfermedades degenerativas como la artritis, enfermedades metabólicas como la diabetes y hasta la osteoporosis. Condiciones que proporcionan información invaluable sobre el estilo de vida, la dieta, las prácticas médicas y la presencia de enfermedades endémicas en poblaciones tan antiguas que incluso datan de antes de Cristo.
Por ejemplo, la evidencia de tumores óseos en restos humanos prehistóricos sugiere que el cáncer ha sido una enfermedad presente en la humanidad durante milenios. Además, las deformidades óseas pueden indicar condiciones médicas crónicas o lesiones traumáticas que afectaron la vida diaria de los individuos.
A través del análisis de los huesos trepanados y las herramientas utilizadas en estas intervenciones, los investigadores pueden reconstruir cómo se realizaban estos procedimientos y evaluar su eficacia y sus consecuencias para los pacientes.
La paleopatología proporciona una ventana única al pasado, permitiendo a los investigadores examinar la salud y las enfermedades de las poblaciones antiguas con un nivel de detalle sin precedentes. Este campo en constante evolución sigue revelando nuevos conocimientos sobre la historia de la salud humana y las prácticas médicas a lo largo del tiempo.
