Prevención de la enfermedad neumocócica invasiva en pacientes inmunocompetentes

Streptococcus pneumoniae, comúnmente llamado neumococo, es una bacteria responsable de un gran número de infecciones con altas tasas de morbimortalidad que afectan a la población general.

Medicina y Salud Pública

    Prevención de la enfermedad neumocócica invasiva en pacientes inmunocompetentes

    Karen Martínez Robles, MD
    Médica y cirujana

    Resumen

    La enfermedad neumocócica invasiva (ENI) es la manifestación más grave de la infección por Streptococcus pneumoniae. Pacientes en los extremos de la vida son más propensos a padecerla y el riesgo incrementa si existen comorbilidades asociadas que involucran inmunosupresión. En los últimos años, hemos podido ver cómo la introducción de las vacunas neumocócicas, especialmente de la vacuna conjugada PCV13 en la población pediátrica ha tenido un impacto positivo en disminuir la incidencia de la enfermedad neumocócica y sus complicaciones tanto en niños como en adultos, dándole un nuevo rumbo a las recomendaciones en cuanto a estrategias de prevención.

    Palabras clave: Neumococo, enfermedad neumocócica invasiva, vacuna neumocócica, vacunación, inmunosupresión, inmunidad

    Abstract

    Invasive pneumococcal disease is the most serious manifestation of Streptococcus pneumoniae infections. Patients at the extremes of life are more likely to suffer from it and the risk increases if associated comorbidities involve immunosuppression. In recent years, the introduction of pneumococcal vaccines, especially the PCV13 conjugate vaccine in the pediatric population, has had a positive impact on reducing the incidence of pneumococcal disease and its complications in both children and adults, leading a new direction towards the recommendations regarding prevention strategies.

    Key words: Pneumococcus, invasive pneumococcal disease, pneumococcal vaccine, immunization, immunosuppression, immunity

    ¿Qué es la enfermedad neumocócica invasiva?

    Streptococcus pneumoniae, comúnmente llamado neumococo, es una bacteria responsable de un gran número de infecciones con altas tasas de morbimortalidad que afectan a la población general, aunque los extremos de la vida (menores de 2 años y mayores de 65 años) se encuentran en mayor riesgo, lo que se explica por la inmadurez del sistema inmunológico y el estado de inmunosenescencia que progresa con la edad, respectivamente. Así mismo, los pacientes con enfermedades que debilitan su sistema inmune también son población de riesgo. Estas infecciones pueden agruparse en 2 formas de enfermedad neumocócica: la no invasiva (neumonía, otitis media, sinusitis) y la invasiva (bacteriemia en presencia o ausencia de neumonía, meningitis, pleuritis, artritis, osteomielitis, peritonitis primaria y pericarditis).3

    La enfermedad neumocócica invasiva (ENI) es la manifestación más grave de la infección por neumococo. Se realiza el diagnóstico al obtener un aislamiento de Streptococcus pneumoniae en un sitio que en condiciones normales es estéril (sangre, líquido cefalorraquídeo, líquido pleural, líquido sinovial, líquido peritoneal, pero no esputo). La incidencia de la ENI está determinada por factores geográficos, estacionales, por prevalencia de serotipos, edad, comorbilidades y estado de vacunación. Se estima que la mortalidad por ENI en pacientes ambulatorios se ubica entre el 1 y el 5%, en pacientes hospitalizados está entre el 11 al 44% y en pacientes ingresados a UCI es del 34 al 50%, cifra que empeora si hay requerimiento de ventilación mecánica.6 Un factor de riesgo que tiene una relación bastante clara es la edad, siendo los adultos mayores de 65 años quienes se destacan por sufrir los casos más severos y acaparar la mayor parte de los costos por enfermedad.  

    Impacto de la vacunación pediátrica

    En el año 2000, se inició el uso de la vacuna neumocócica conjugada heptavalente (PCV7) en la población pediátrica, lo que llevó a una reducción en la incidencia de enfermedad neumocócica invasiva en este grupo etario y de la misma forma, en la población adulta por efectos indirectos. Sin embargo, se observó un aumentó de los casos de infecciones neumocócicas causadas por aquellos serotipos no incluidos en la vacuna7, razón por la cual más adelante, en el año 2010, la vacuna PCV13 que incluía 13 serotipos distintos de polisacáridos unidos a un antígeno proteíco, fue lanzada al mercado y logró disminuir notablemente la incidencia de enfermedad neumocócica en niños y adultos.

    Recomendaciones sobre inmunización

    En Estados Unidos, la vacuna neumocócica conjugada PCV13 está indicada en:

    • Todos los niños menores de 2 años en series de 4 dosis (2 meses, 4 meses, 6 meses y 12 a 15 meses).
    • Pacientes inmunocompetentes de 65 años o más que decidan aplicarse la vacuna por medio de la toma compartida de decisiones clínicas.
    • Pacientes entre 19 y 64 años con enfermedades inmunosupresoras, implante coclear o con fuga espontánea de líquido cefalorraquídeo.

    Por otro lado, la aplicación de la vacuna neumocócica polisacárida PPSV23 está indicada en pacientes de 65 años o más con las siguientes características:

    • Pacientes inmunocompetentes: En caso de haber recibido previamente una dosis de PCV13, se debe aplicar la PPSV23 mínimo un año después.
    • Pacientes con factores de riesgo como alcoholismo, tabaquismo, diabetes mellitus y/o enfermedad crónica cardiaca, hepática o pulmonar: En caso de haber recibido previamente una dosis de PCV13, se debe aplicar la PPSV23 mínimo un año después y, en caso de haber recibido una dosis de PPSV23 antes de los 65 años, esperar al menos 5 años para repetir la dosis.
    • Pacientes con implante coclear o fuga espontánea de líquido cefalorraquídeo: En caso de haber recibido previamente una dosis de PCV13, se debe aplicar la PPSV23 mínimo un año después y, en caso de haber recibido una dosis de PPSV23 antes de los 65 años, esperar al menos 5 años para repetir la dosis.

    Grupos de alto riesgo que deben recibir la vacuna PCV13 independiente a la edad:1

    • Enfermedades crónicas: Fuga crónica de líquido cefalorraquídeo, falla renal crónica, síndrome nefrótico, tratamiento inmunosupresor.
    • Inmunodeficiencia congénita o adquirida: Deficiencia de linfocitos B y T, deficiencias de complemento, VIH, desórdenes fagocíticos.
    • Malignidad: Generalizada, leucemia, linfoma (incluyendo linfoma Hodgkin), radioterapia.
    • Otros: Asplenia anatómica o funcional, implante coclear, mieloma múltiple, trasplante de órgano sólido.

    Factores de riesgo adicionales para neumonía (Aplicación de PCV13 debe ser considerada):1

    • Enfermedades crónicas: cardíacas, hepáticas o pulmonares, diabetes, historia de aspiración, disfagia o desórdenes de la motilidad esofágica, enfermedad inflamatoria intestinal.
    • Hogares geriátricos, cárceles, albergues, habitantes de calle.
    • Antecedente de neumonía.
    • Grupos étnicos de mayor carga de enfermedad (afroamericanos, nativos de Alaska e indios americanos).
    • Vivir o viajar a lugares con baja cobertura de vacunación pediátrica (PCV13)
    • Abuso de sustancias psicoactivas.
    • Pacientes muy ancianos o individuos con inmunosenescencia, fragilidad o estado funcional disminuido.
    • Uso de medicamentos: inhibidores de la bomba de protones, antipsicóticos, opioides y sedantes.

    Conclusión:

    El riesgo de neumonía neumocócica en adultos incrementa con la edad, siendo cinco veces mayor en pacientes de 65 años o más. Así mismo, el riesgo de hospitalización también aumenta en este grupo etario en el que se observa que 2 de cada 5 pacientes con neumonía adquirida en la comunidad es hospitalizado al menos durante 5 días. Si además de la edad, son pacientes con alguno de los factores de riesgo ya mencionados, la incidencia de enfermedad neumocócica es mayor.

    Aunque es sabido que el cuadro clínico de la enfermedad neumocócica generalmente es leve, puede empeorar y en algunos casos, dejar secuelas irreversibles u ocasionar la muerte, por lo que, la vacunación es una estrategia de prevención que ha sido ampliamente difundida en varios países, donde ha demostrado una reducción importante en la incidencia de enfermedad neumocócica invasiva y neumonía neumocócica.

    Bibliografía:

    1. Shah A, Wallace M, Fields H. Shared Decision-Making for Administering PCV13 in Older adults. Am Fam Physician.2020 Feb 1;101(3):134-135. https://www.aafp.org/afp/2020/0201/p134.html
    2. Domínguez AR, Pintado V, Barbolla I. Tratamiento y prevención de la enfermedad neumocócica invasiva. Rev Clín Esp. 2018 Jul. vol. 218(5):244-252. DOI: 10.1016/j.rce.2018.01.004
    3. Flores M, Reolid R, López M, Alcantud P, Mudarra E, Azorín M, Giménez MC, Ayuso MC, Escobar F. Riesgo de enfermedad neumocócica en pacientes anciones con y sin vacunación previa. Aten Primaria. 2019 Nov; 51(9):571-578. DOI: 10.1016/j.aprim.2018.07.009
    4. Fernández F, Campillay R, Palma V, Norambuena X, Quezada A, Inostroza J. Deficiencia de anticuerpos específicos: inmunodeficiencia primaria asociada a alergia respiratoria. Rev. Chil. Pediatr. Vol.88(2). 2017 Abr. https://dx.doi.org/10.1016/j.rchipe.2016.08.006
    5. Vila A, Ochoa O. Enfermedad neumocócica en el adulto: niveles de riesgo y recomendaciones de vacunación. Aten Primaria. 2017 Feb. Vol. 49(2):111-117. https://doi.org/10.1016/j.aprim.2016.06.007
    6. Obando I, Moreno D. Colonización nasofaríngea. Un paso previo en la enfermedad neumocócica invasiva. En: La enfermedad neumocócica y su prevención. Caminando hacia el futuro. Moraga Llop FA. 2010;39-55.
    7. Centers for Disease Control and Prevention. Active Bacterial Core surveillance (ABCs). https://www.cdc.gov/abcs/index.html

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