Hígado graso: ¿puede desencadenar cirrosis o hepatitis alcohólica?

La condición de hígado graso no alcohólico es frecuente en pacientes con diabetes, hipertensión, síndrome metabólico y altos niveles de colesterol.

María Camila Sánchez

    Hígado graso: ¿puede desencadenar cirrosis o hepatitis alcohólica?

    El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo, y es uno de los más importantes pues ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas. Sin embargo, cuando este reduce su rendimiento funcional, puede deberse a una acumulación anómala de triglicéridos en el interior de las células hepáticas, esta enfermedad se conoce como hígado graso, que puede ser alcohólico o no alcohólico.

    Por lo general, esta condición se manifiesta con debilidad, malestar abdominal leve o, incluso, pueden no tener síntomas, aunque es bien sabido que el hígado graso puede desencadenar enfermedades más graves como la fibrosis y la cirrosis.

    Hígado graso no alcohólico

    Como bien indica su nombre, esta condición no está relacionada al consumo de alcohol. En algunos casos, los pacientes pueden llegar a presentar poca o ningún tipo de inflamación en las células hepáticas y tampoco llegan a causar complicaciones o daños en el órgano (hígado graso simple). 

    Aunque por otra parte, sí se puede presentar inflamación, daño en el hígado y presencia de grasa en el mismo (esteatosis hepática no alcohólica) que sí puede ser precursor de enfermedades hepáticas graves como las anteriormente mencionadas.

    Hígado graso alcohólico

    El hígado descompone la mayor parte del alcohol para que sea eliminado a través del cuerpo, sin embargo, el proceso de descomposición puede generar sustancias dañinas para el organismo que generan inflamación y debilitan las defensas naturales del cuerpo.

    Esta condición es la manifestación más temprana de la hepatopatía alcohólica, seguida de la hepatitis alcohólica y la cirrosis.

    ¿Quién tiene mayor riesgo de tener la condición?

    A pesar de que aún no se establece una causa concreta para el hígado graso, la literatura médica ha determinado que es más común en aquellos pacientes que:

    • Padecen prediabetes o diabetes tipo 2

    • Son obesos

    • Tienen altos niveles de grasa en sangre, como colesterol y triglicéridos

    • Padecen hipertensión

    • Toman medicamentos como corticoides y algunas medicinas contra el cáncer

    • Padecen ciertos trastornos metabólicos, como el síndrome metabólico

    • Pierden peso muy rápido

    • Tienen ciertas infecciones, como la hepatitis C

    • Han estado expuestos a algunas toxinas.

    La enfermedad por hígado graso afecta a cerca del 25% de la población en el mundo. Así como las tasas de obesidad, diabetes tipo 2 y colesterol alto están subiendo en los EE. UU., lo mismo ocurre con la tasa de enfermedad por hígado graso. Es el trastorno hepático crónico más común en los EE. UU.

    ¿Cómo puedes tratar el hígado graso?

    Para el hígado graso no alcohólico, los expertos recomiendan perder peso, para reducir la grasa, la inflamación y la fibrosis en el hígado

    Si se sospecha que un medicamento es la causa del hígado graso, se debe suspender o reemplazar.

    No hay medicamentos que hayan sido aprobados para tratar el hígado graso. Los estudios están buscando si un determinado medicamento para la diabetes o la vitamina E puede ayudar, pero se necesita mayor investigación.

    La parte más importante del tratamiento de la enfermedad del hígado graso por alcohol es dejar de beberlo. Si necesitas ayuda para lograrlo, es probable que debas ver a un terapeuta o participar en un programa de rehabilitación por consumo de alcohol. 

    También hay medicamentos que pueden ayudar, ya sea reduciendo tus ansias o haciendo que te sientas mal si consumes alcohol.

    Tanto la enfermedad del hígado graso relacionado al alcohol como un tipo de enfermedad del hígado graso no alcohólico (esteatohepatitis no alcohólica) pueden conducir a cirrosis.

    Los médicos pueden tratar los problemas de salud causados por la cirrosis con medicamentos, operaciones y otros procedimientos médicos. Si la cirrosis conduce a insuficiencia hepática, es posible que necesites un trasplante de hígado.

    Fuentes consultadas aquí y aquí


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