Vacunas contra el cáncer ya se están probando y revolucionarán la medicina moderna: ¿Cómo funcionan?

Este tipo de terapia dirigida se administraría a los pacientes mediante inyecciones en la piel a lo largo de varias semanas para entrenar al sistema inmunológico.

Katherine Ardila

    Vacunas contra el cáncer ya se están probando y revolucionarán la medicina moderna: ¿Cómo funcionan?

    Una vacuna contra el cáncer es una estrategia terapéutica que estimula el sistema inmunológico para que reconozca y ataque células cancerosas específicas en el cuerpo. A diferencia de las vacunas preventivas para enfermedades infecciosas, las vacunas contra el cáncer están diseñadas para tratar cánceres existentes en los pacientes.

    Estas vacunas funcionan exponiendo el sistema inmunológico a antígenos tumorales específicos, que son marcadores presentes en las células cancerosas. Al hacerlo, se activan las células inmunitarias, como los linfocitos T, para dirigirse selectivamente a las células tumorales y eliminarlas.

    Se pueden utilizar diferentes enfoques, incluyendo la presentación de antígenos tumorales, adyuvantes inmunitarios para mejorar la respuesta inmune, y estimulación de células T citotóxicas para aumentar la capacidad de destrucción de las células cancerosas.

    Aunque el desarrollo de vacunas contra el cáncer ha enfrentado desafíos, avances recientes en la comprensión del sistema inmunológico y la biología del cáncer han impulsado progresos significativos en este campo. Estas vacunas representan una prometedora herramienta terapéutica que podría combinarse con otras terapias para mejorar el tratamiento y las respuestas a largo plazo en pacientes con cáncer.

    Desafío principal de las vacunas contra el cáncer

    El principal desafío que enfrentar las vacunas contra el cáncer radica en convencer al sistema inmunológico para que ataque las células cancerosas, que son parte del propio cuerpo y no son reconocidas como "extrañas". Normalmente, el sistema inmunológico está diseñado para atacar agentes externos, como bacterias o virus, que son vistos como invasores. Sin embargo, las células cancerosas, aunque dañinas, provienen de nuestros propios tejidos y no son identificadas como amenazas por el sistema inmunológico. Esto se debe a que el sistema inmunológico las reconoce como parte de "nosotros".

    Por lo tanto, las vacunas contra el cáncer utilizan estrategias para entrenar al sistema inmunológico y hacer que reconozca las células cancerosas como objetivos a eliminar. Esto se logra presentando antígenos específicos del tumor a las células inmunitarias, como los linfocitos T, para que aprendan a identificar y atacar las células cancerosas.

    ¿Qué tipos de cáncer se pueden tratar con estas vacunas?

    En el Dana-Farber Cancer Institute, se han realizado ensayos clínicos con vacunas contra varios tipos de cáncer, como glioblastoma, cáncer de riñón, cáncer de ovario, melanoma, leucemia linfocítica crónica con melanoma, cáncer de pulmón y vejiga.

    La selección de estos tipos de cáncer para los ensayos clínicos se basa en las preguntas de investigación que buscan abordar, y estas vacunas no están limitadas por el tipo de cáncer y representan una estrategia de tratamiento versátil que puede ser probada en diversas enfermedades malignas.

    ¿Cómo funcionan las vacunas contra el cáncer?

    El proceso de desarrollar una vacuna contra el cáncer personalizada se basa en la identificación de neoantígenos, que son proteínas anómalas derivadas de mutaciones genéticas en las células cancerosas. Estos neoantígenos son específicos de cada tumor y representan marcadores que pueden ser reconocidos por el sistema inmunológico como "extraños" o no pertenecientes al cuerpo.

    Para crear una vacuna personalizada, primero se secuencia el ADN del tumor de un paciente para identificar las mutaciones presentes. A partir de estas mutaciones, se identifican las regiones específicas del tumor que contienen neoantígenos potencialmente inmunogénicos. Luego, los científicos diseñan péptidos sintéticos basados en los neoantígenos identificados. Estos péptidos son fragmentos de proteínas que contienen las secuencias de aminoácidos específicos de las mutaciones tumorales.

    La vacuna se administra a los pacientes mediante inyecciones en la piel a lo largo de varias semanas. El objetivo es entrenar al sistema inmunológico para reconocer y atacar las células cancerosas que presentan los neoantígenos específicos identificados, con la esperanza de mejorar la respuesta inmune contra el cáncer y ayudar a combatir la enfermedad de manera más efectiva y específica para cada paciente. Este enfoque personalizado aprovecha las características únicas del tumor de cada individuo para diseñar un tratamiento inmunoterapéutico dirigido y prometedor.

    Inmunoterapia como complemento a vacunas para cáncer

    La inmunoterapia contra el cáncer y las vacunas comparten el objetivo común de estimular y potenciar la respuesta inmune del cuerpo contra las células cancerosas. Aunque existen muchos tipos diferentes de inmunoterapia, incluyendo terapias como células CAR-T y bloqueadores de puntos de control inmunológico, así como vacunas contra el cáncer, todas estas modalidades están diseñadas para activar el sistema inmunológico y mejorar su capacidad para reconocer y atacar el cáncer. .

    La principal similitud entre las vacunas y otras formas de inmunoterapia es que ambas están diseñadas para estimular la inmunidad adaptativa, y se pueden complementar específicamente a través de la activación de células T.

    La diferencia clave radica en el enfoque: las vacunas introducen antígenos específicos para inducir una respuesta inmune adaptativa, mientras que otras terapias inmunoterapéuticas, como la terapia con células CAR-T o los inhibidores de puntos de control, actúan de manera diferente para potenciar la actividad. de las células T o eliminar las barreras inmunosupresoras en el microambiente tumoral.

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