Terapia para apnea del sueño reduce en 31 % el riesgo de episodios cardiovasculares y cerebrovasculares

Este estudio se basó en el análisis de tres estudios independientes que, de manera aislada, no pudieron demostrar los efectos beneficiosos del tratamiento.

Mariana Mestizo Hernández

    Terapia para apnea del sueño reduce en 31 % el riesgo de episodios cardiovasculares y cerebrovasculares

    Investigadores del Institut de Recerca Biomèdica de Lleida (IRBLleida) han anunciado en un estudio que el uso adecuado de la terapia con presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) para tratar la apnea del sueño puede reducir el riesgo de sufrir episodios cardiovasculares y cerebrovasculares en un 31%.

    Afección significativa

    Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista 'Journal of the American Medical Association (JAMA)' y se enfocaron en una afección que afecta a una parte significativa de la población adulta, estimándose entre el 20% y el 30%, con un alto porcentaje de casos no diagnosticados (80%), según el comunicado emitido por el IRBLleida.

    Riesgo de enfermedades cardiovasculares

    La apnea del sueño es un trastorno crónico común que se caracteriza por la obstrucción intermitente de las vías respiratorias superiores durante el sueño, lo que conlleva una disminución ocasional de la oxigenación, interrupciones en el patrón de sueño y cambios en la presión intratorácica. Los individuos afectados por esta condición presentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

    Estudio basado en investigaciones previas

    Este estudio se basó en el análisis de tres estudios independientes que, de manera aislada, no pudieron demostrar los efectos beneficiosos del tratamiento. La investigación involucró a un total de 4.186 pacientes.

    Los resultados destacan que el cumplimiento adecuado del tratamiento con CPAP, definido como un uso de más de cuatro horas por noche, se revela como un factor crucial en la prevención de eventos cardiovasculares secundarios y en la reducción del riesgo de recurrencia de eventos cardiovasculares graves.


    Fuente consultada aquí.


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