Envejecimiento acelerado de órganos como el cerebro aumenta hasta un 50 % el riesgo de muerte en 15 años

El estudio revela que uno de cada cinco adultos mayores de 50 años tiene al menos un órgano envejeciendo a un ritmo preocupante.

Jose Ibraim Alape

    Envejecimiento acelerado de órganos como el cerebro aumenta hasta un 50 % el riesgo de muerte en 15 años

    Un reciente estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, California, sugiere que analizar las proteínas de la sangre permite estudiar el envejecimiento de los órganos y predecir el riesgo de enfermedades, lo que permitiría tratarla antes de que, incluso, el paciente experimente síntomas.

    Esta investigación se realizó con la participación de 5.678 personas, y demostró que uno de cada cinco adultos sanos de 50 años o más, tiene un órgano que envejece a un ritmo acelerado.



    "Muchos estudios han presentado cifras que representan la edad biológica de los individuos -según una serie de biomarcadores- en contraposición a su edad cronológica", explica Tony Wyss-Coray, catedrático de Neurología de Stanford.



    Cifras para cada tejido y sistema del organismo



    "Cuando comparamos la edad biológica de cada uno de estos órganos en cada individuo con sus homólogos entre un gran grupo de personas sin enfermedades graves evidentes, vimos que el 18.4 % de los mayores de 50 años tenía al menos un órgano que envejecía significativamente más rápido que la media", señaló. "Estas personas corren un mayor riesgo de sufrir enfermedades en ese órgano concreto en los próximos 15 años".



    Además explicó que una de cada 60 personas tenía dos órganos que envejecían rápidamente, lo que supone "6.5 veces más riesgo de morir".



    Proteínas y el desarrollo de enfermedades



    A través de un algoritmo, el equipo de investigadores evaluó las proteínas en sangre de los participantes, y detectó que cerca de un millar de proteínas se originaban en alguno de los órganos.



    Posteriormente, relacionaron los niveles de esas proteínas con el ritmo del envejecimiento acelerado de los órganos correspondientes, y su susceptibilidad al desarrollo de alguna enfermedad y su mortalidad; encontraron casi 858 proteínas órgano-específicas.



    Asimismo, el equipo llevó a cabo el cálculo de la "diferencia de edad" para cada uno de los 11 órganos, evaluando la disparidad entre la edad real de un órgano y su edad estimada mediante el algoritmo basado en proteínas específicas de cada uno.



    Los resultados revelaron que los desajustes de edad identificados en 10 de los 11 órganos estudiados (con la única excepción del intestino) mostraron una asociación significativa con el riesgo futuro de muerte por todas las causas durante el periodo de seguimiento de 15 años.



    Riesgo de hasta el 50% de mortalidad en los siguientes 15 años



    Poseer un órgano experimentando un proceso de envejecimiento acelerado se asoció con un riesgo de mortalidad entre un 15% y un 50% más elevado en los 15 años subsiguientes, variando según el órgano afectado, según señala la investigación.



    En particular, aquellos individuos que presentaban un envejecimiento acelerado del corazón, pero mantenían un estado de salud general y biomarcadores clínicamente normales, enfrentaban un riesgo 2.5 veces mayor de desarrollar insuficiencia cardíaca en comparación con aquellos cuyos corazones envejecían de manera convencional.



    Envejecimiento del cerebro y sistema vascular



    En el caso de los cerebros que mostraban signos de envejecimiento prematuro, se observó que tenían 1.8 veces más posibilidades de experimentar deterioro cognitivo en un lapso de cinco años en comparación con aquellos que conservaban un estado cerebral más juvenil.

    Tanto el envejecimiento acelerado del cerebro como el del sistema vascular, cualquiera de los dos, anticipaba el riesgo de progresión de la enfermedad de Alzheimer con la misma eficacia que los mejores biomarcadores clínicos actualmente utilizados.



    Asimismo, se identificaron asociaciones sólidas entre una puntuación renal que indicaba un envejecimiento extremo (superior a 2 desviaciones estándar por encima de la norma) y condiciones como la hipertensión y la diabetes. De manera similar, una puntuación cardíaca que reflejaba un envejecimiento extremo se vinculaba estrechamente con la fibrilación auricular y el infarto de miocardio.



    El profesor Wyss-Coray plantea la posibilidad de aplicar estos hallazgos a una escala más amplia, afirmando que si logran replicar estos resultados en 50,000 o 100,000 individuos, podrían seguir de cerca la salud de órganos específicos en aparentemente personas sanas, permitiendo la detección temprana de órganos que envejecen de manera acelerada y brindando tratamiento antes de que se manifiesten enfermedades.



    Identificación de proteínas específicas del envejecimiento en órganos



    Además, la identificación de proteínas específicas de cada órgano que señalen un envejecimiento excesivo y un mayor riesgo de enfermedad podría abrir la puerta a nuevas oportunidades terapéuticas.



    Para capitalizar estos descubrimientos, el equipo de investigadores ha establecido la empresa 'Teal Omics Inc' con el objetivo de explorar la comercialización de sus hallazgos, y la Universidad de Stanford ya ha presentado una solicitud de patente.



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