La vejiga hiperactiva se caracteriza por la pérdida del control del músculo vesical, afectando la capacidad de retener la orina, y es frecuente en mujeres y en hombres mayores con problemas prostáticos.

Desde el marco del 76th anniversary meeting Puerto Rico urological association, el Dr. Miguel Sosa, urólogo conversó sobre los avances en el manejo de la vejiga hiperactiva, una patología urológica que merece mayor visibilidad y comprensión por parte de la población general.
"La vejiga hiperactiva es una condición donde el músculo de la vejiga pierde la capacidad de regular el acto de orinar. Normalmente todos los seres humanos cuando van a orinar tienen un sistema regulatorio donde el músculo que rodea la vejiga, que es lo que hace la fuerza para que la orina salga, ese músculo está controlado por unos sistemas nerviosos donde la vejiga se va distendiendo a medida que se va llenando hasta que se llega a un punto donde ya se recibe una señal al cerebro donde dice estoy llena y tengo que ir a orinar".
Posteriormente, el especialista explicó la pérdida de este delicado mecanismo regulatorio, añadiendo que: "Cuando hay una vejiga hiperactiva, se pierde esa regulación y las personas que la padecen no pueden lograr ese control de mantener la orina dentro de su vejiga".
Al analizar el perfil epidemiológico, el urólogo proporcionó datos relevantes sobre la distribución de esta condición en la población, explicando que: "Es bien frecuente, hay dos situaciones donde ocurre, tiende a ser más común en la edad de las mujeres pero puede ocurrir también en hombres, en hombres solamente se ven ya en hombres mayores que se afectan por su condición prostática"
En cuanto al abordaje terapéutico, el Dr. Sosa conversó sobre las limitaciones de la farmacología tradicional, particularmente de los anticolinérgicos que vendrían siendo la primera línea de tratamiento.
"Los medicamentos que se usan para aguantar la orina son típicamente los más comunes, los medicamentos que se llaman anticolinérgicos que son los que trabajan a nivel de bloquear la contracción del músculo de la vejiga, son la primera línea... pero tienen una serie de efectos secundarios que en algunos casos tienden a ser bastante limitantes".
Más aún, el especialista alertó sobre consecuencias preocupantes en pacientes de edad avanzada, señalando que: "Estos medicamentos en edad mayor tienden a tener dos problemas: Pueden causar pérdida de memoria y de capacidad cognoscitiva. O sea que muchos pacientes que toman estos medicamentos especialmente en edad mayor pueden tener un problema de pérdida de memoria que en este caso se puede confundir que tengan problemas de alzhéimer".
Adicionalmente, mencionó otro riesgo a tener en cuenta: "Lo otro que se ha visto con estos medicamentos también es que aumenta el riesgo de caídas en personas mayores que tienen problemas de movilidad, al utilizar estos medicamentos hay que tener mucho cuidado porque sí se ha visto que tienden a tener mayor riesgo de caída por las implicaciones que tienen, fracturas de cadera, pacientes mayores con problemas de osteopenia u osteoporosis".
Entrevista completa aquí:
Frente a estos desafíos, el Dr. Sosa mencionó la toxina botulínica como una opción terapéutica nueva: "La toxina botulínica es una toxina que bloquea la contracción muscular... Se utiliza de forma médica en cantidades limitadas porque como les mencioné, es un paralizante muscular. Se puede inyectar directamente al músculo de la vejiga a través de un proceso de cistoscopio, causando una parálisis parcial del músculo, pues en esta condición el músculo se contrae sin control".
Procedimiento:
Acceso a la vejiga: Se introduce un cistoscopio (una cámara delgada) por la uretra, ya sea en hombres o mujeres, para visualizar el interior de la vejiga.
Mapeo del área: Se establece un "grid" o mapa de la vejiga para determinar los puntos exactos de inyección.
Inyección de la toxina: Se utiliza una aguja especial a través del cistoscopio para inyectar la toxina botulínica en el músculo de la vejiga, aproximadamente 1 ml por cada cuadrante, hasta completar unos 20 ml totales.
Duración y tolerancia: El procedimiento es ambulatorio, dura unos 15 minutos, se realiza bajo sedación o anestesia local y es generalmente bien tolerado.
Efecto: La parálisis parcial del músculo de la vejiga es rápida y los efectos adversos son mínimos.
Finalmente y a modo de cierre, el Dr. Miguel Sosa hizo un llamado a la acción, exhortando a la población a no resignarse a vivir con esta condición y a buscar ayuda especializada, cerrando con un mensaje de esperanza y empoderamiento para los pacientes que padecen vejiga hiperactiva.