Los ponentes internacionales discutieron los desafíos únicos que enfrentan los pacientes con dermatitis atópica en diferentes países, además de analizar su presentación clínica.
El Segundo Simposio Internacional de Dermatitis Atópica se celebró en el Grand Hyatt Place, ubicado en San Juan. Este evento, organizado por la Alianza de Apoyo al Paciente y la Revista de Medicina y Salud Pública, reunió a médicos y pacientes en un espacio dedicado a abordar diversos aspectos de la enfermedad.
Además de analizar la presentación clínica de la dermatitis atópica, los ponentes internacionales compartieron perspectivas sobre los desafíos específicos que enfrentan los pacientes en diferentes países.
"Cuando ustedes vean la forma como estos pacientes son manejados en diferentes países, les va a dar una perspectiva global de dónde nosotros, como puertorriqueños, nos posicionamos", expresó el Dr. José González Chávez, dermatólogo catedrático y pionero en investigación de medicamentos.
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Según menciona el destacado especialista, la transformación terapéutica que ha beneficiado a los pacientes de dermatitis atópica fue exponencial, pero no fue rápida.
"Se vivieron unos años donde no teníamos los conocimientos ni de la genética, ni de los procesos de inmunidad que desencadena la dermatitis atópica".
En 2017 surge uno de los primeros tratamientos altamente efectivos para los pacientes de dermatitis atópica, y gracias a la investigación previa a su aprobación, la implementación de nuevos enfoques ha permitido que estos pacientes puedan tener una mejor respuesta y mejoría en los síntomas.
"Seguimos aprendiendo más acerca del manejo de estos pacientes, y empezamos a desarrollar otros productos, y ahora tenemos medicamentos monoclonales, moléculas pequeñas. Actualmente disponemos de ellos, y son sumamente efectivos para tratar a los pacientes".
Los brotes de dermatitis atópica están condicionados a múltiples factores externos, como la exposición a determinadas sustancias, e incluso a la contaminación atmosférica. Y parte fundamental del tratamiento, es evitar el contacto con todos estos detonantes.
La Dra. Vylma Velázquez mencionó que entre los factores alérgicos más comunes se encuentra el polen, las esporas de hongo, algunos alimentos y las mascotas. Por otro lado, el calor, el sudor, cambios hormonales, entre otros, si bien no constituyen un factor alérgico, es una respuesta fisiológica que estos pacientes no toleran bien.
"Todo esto es un ciclo. La persona es alérgica, tiene contacto, produce unas sustancias que dan inflamación y caen en el picor y rascado".
Como toda enfermedad crónica, la dermatitis atópica no debe verse desde la perspectiva dermatológica únicamente, sino desde una visión biopsicosocial, en la que se tenga como premisa que cuerpo y mente dependen directamente uno del otro.
La Dra. Isabel Hernández, psicóloga, explicó que lo ideal es que desde el punto de vista psicológico, los pacientes puedan trabajar desde el área físico, mental y social aquellas emociones que la dermatitis desencadena en ellos, como el coraje, frustración, tristeza, vergüenza o estrés.
"El estrés puede liberar cortisol en el cuerpo y afectar el sistema inmune, por ende afecta la barrera de la piel y empeora la condición".
Por su parte, la Dra. Joanie Morales, terapeuta sexual, coincidió en que esta enfermedad impacta fuertemente en la esfera personal de los pacientes. Tanto así que, un estudio publicado en 2023 reveló que esta afectación disminuye el deseo sexual en las parejas en un 26%, y en los pacientes, un 39%.
"Los pacientes piensan que todas las personas que los miran, ya sea por desconocimiento, por curiosidad, o de la forma en que miren, están señalándolos. Esto hace que se empiecen a sentir incómodos, y su conducta sea molestarse consigo mismos, aislarse, entre otros".
Son varios los estudios que han concluido que la dieta mediterránea aporta múltiples beneficios no solo en los casos de dermatitis atópica, sino para la población en general. Sin embargo, en esta población, reduce significativamente el riesgo de enfermedades alérgicas, especialmente en niños.
Por otro lado, la ingesta de alimentos altos en grasa se ha relacionado directamente con un mayor riesgo de enfermedades atópicas. Aún así, "no hay información robusta que recomiende que se deba eliminar por completo estos alimentos", explicó la Lcda. Rosaly Cartagena.
