Pacientes de dermatología cosmética presentan mayor carga psiquiátrica

La falta de información médica sobre la dermatología cosmética y el vínculo con los pacientes psiquiátricos se debe principalmente al ámbito de la cirugía plástica.

Estefanía Santos

    Pacientes de dermatología cosmética presentan mayor carga psiquiátrica

    Un estudio de cohortes retrospectivo, publicada en versión electrónica en la Journal of the American Academy of Dermatology en Boston, Estados Unidos y llevada a cabo por varios dermatólogos, quienes revisaron los registros médicos de 1000 pacientes de una clínica de dermatología cosmética y a 1000 pacientes de una clínica de dermatología médica, ambos del Massachusetts General Hospital.

    "A medida que la tasa de procedimientos cosméticos sigue aumentando, es fundamental que los médicos entiendan que muchos pacientes con un trastorno psiquiátrico requieren una comunicación clara y visitas de consulta adecuadas", dijo la autora principal del estudio, Dra. Patricia Richey.

    Si bien los estudios han mostrado vínculos entre el deseo de un procedimiento cosmético y los factores estresantes y trastornos psiquiátricos (más comúnmente trastornos del estado de ánimo, trastornos de la personalidad, trastorno dismórfico corporal y comportamiento similar a la adicción), la escasa literatura sobre el tema proviene principalmente del ámbito de la cirugía plástica.

    De manera similar, 44% de los pacientes del grupo cosmético tomaban medicación psiquiátrica, en comparación con 28% del grupo médico (p < 0,00001). La cantidad promedio de medicamentos entre los que tomaban más de un medicamento psiquiátrico fue de 1,67 entre los del grupo de dermatología estética frente a 1,48 entre los del grupo de dermatología médica (p = 0,020).

    Por clase de fármaco, un mayor porcentaje de pacientes del grupo cosmético, en comparación con los del grupo médico, tomaban antidepresivos (33% frente a 21%, respectivamente; p < 0,00001), ansiolíticos (26% frente a 13%; p < 0,00001), estabilizadores del estado de ánimo (2,80% frente a 1,10%; p = 0,006) y estimulantes (15,2% frente a 7,20%; p < 0,00001). La proporción de los que tomaban antipsicóticos fue esencialmente uniforme en los dos grupos (2,50% frente a 2,70%; p = 0,779).

    La Dra. Richey y sus colaboradores también observaron que los pacientes del grupo cosmético tenían tasas significativamente más altas de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que los del grupo médico. "Este hallazgo no me sorprendió particularmente", dijo, ya que ella y sus colaboradores publicaron recientemente un estudio sobre la asociación del uso de estimulantes con la enfermedad psicocutánea.[2]

    "Los estimulantes se usan para tratar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad y también se sabe que desencadenan síntomas similares al trastorno obsesivo-compulsivo", explicó. "Me sorprendió que ningún paciente haya sido diagnosticado con trastorno dismórfico corporal, pero sabemos que, con un mayor acceso de los pacientes a los registros médicos, los doctores suelen ser cautelosos en su documentación".

    Agregó que los resultados generales del nuevo estudio subrayan la importancia de las consultas con pacientes cosméticos, incluida la obtención de una lista completa de medicamentos y un historial médico preciso, si es posible. "También se podrían considerar herramientas de cribado bien estudiadas, principalmente del ámbito de los trastornos del estado de ánimo, como el Patient Health Questionnaire–2", sugirió la Dra. Richey. "Se puede ganar mucho simplemente hablando y tratando de comprender tanto al paciente como sus motivaciones subyacentes antes de realizar un procedimiento".

    El Dr. Evan Rieder, un dermatólogo y psiquiatra que reside en Nueva York, Estados Unidos, a quien se le pidió que comentara el estudio, caracterizó el análisis como una demostración de lo que los dermatólogos médicos y estéticos han estado viendo en sus prácticas durante años. "Si bien el estudio está limitado por su naturaleza retrospectiva de un solo sitio en un centro académico que puede no ser representativo de la población general, demuestra una alta carga de psicopatología y tratamientos psicofarmacológicos en pacientes estéticos", dijo el Dr. Rieder en una entrevista.

    "Si bien la enfermedad psiquiátrica no es una contraindicación para el tratamiento cosmético, un alto porcentaje de pacientes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad, trastorno obsesivo-compulsivo y probable [trastorno dismórfico corporal] en las prácticas de dermatología cosmética deberían hacernos pensar". La naturaleza de estas enfermedades puede indicar que algunas personas buscan tratamientos estéticos por motivos que aún no se han dilucidado, agregó.

    "Ciertamente, indica que los dermatólogos deben estar equipados para detectar, identificar y proporcionar a dichos pacientes los recursos apropiados para el tratamiento psicológico, independientemente de si se consideran candidatos apropiados para una intervención cosmética", observó.

    En una entrevista, la Dra. Pooja Sodha, directora del Centro de Dermatología Cosmética y Láser de la George Washington University, Washington, Estados Unidos, señaló que estudios anteriores han demostrado durante años la interacción entre los trastornos del estado de ánimo y las afecciones dermatológicas, concretamente el acné, la dermatitis atópica, la psoriasis y trastornos inmunomediados.

    "En estas condiciones, los factores estresantes psiquiátricos pueden empeorar la condición de la piel e impedir el tratamiento", apuntó la Dra. Sodha. "Este estudio es una transición importante para dilucidar aún más nuestra población de pacientes cosméticos, y debemos tratar de hacer la siguiente pregunta importante: ¿Cómo podemos nosotros, como médicos, construir una mejor relación con estos pacientes, entender sus motivaciones para la atención y guiarlos de manera efectiva a través del proceso de consulta para abordar de manera realista sus preocupaciones? Podría ayudarnos a ambos".

    Los investigadores y la Dra. Sodha han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. El Dr. Rieder reveló que es consultor de Allergan, Almirall, Bristol-Myers Squibb, Brandt, L'Oreal, Procter & Gamble y Unilever.

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