La incidencia de esta condición está en aumento a nivel mundial. Se estima que, en la actualidad, 50 millones de personas padecen la condición.
El desarrollo de fibrilación atrial se ha asociado, principalmente a problemas estructurales del corazón, como los defectos congénitos cardíacos, o los problemas con el marcapasos natural del corazón. Pero también puede surgir por antecedentes familiares, cambios en los niveles de minerales del organismo o por enfermedad de la tiroides.
Sin embargo, su manifestación también se ha relacionado al consumo excesivo de cafeína o tabaco, así como la administración de medicamentos que contienen estimulantes, el consumo de drogas, la obesidad y la hipertensión.
La incidencia de esta condición, durante los últimos años, ha aumentado a nivel mundial y se espera que siga incrementándose.
Según la Dra. Sharlene Medina, cardióloga intervencional, en el mundo se estima que 50 millones de personas padecen fibrilación auricular, y se estima que para el año 2030 este número sobrepase los 12 billones.
"En Estados Unidos, alrededor de 5 millones de personas padecen fibrilación auricular en Estados Unidos", mencionó. "En Puerto Rico, también tenemos 5% a 10% de la población que padece de fibrilación auricular".
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Esta afección tiene una particularidad, y es que no siempre es constante, es decir, los pacientes pueden experimentar temporadas en las que los síntomas de la fibrilación auricular desaparecen, y otras en las que se reactivan.
"Por eso es bien importante el diagnóstico, para identificar la duración y la prolongación de esta arritmia para evitar que a largo plazo los pacientes desarrollen una progresión de la enfermedad".
La especialista explica que no hay diferencias en cuanto a las manifestaciones sintomáticas de esta condición en hombres y mujeres. Un tercio de pacientes puede, incluso, no presentar síntomas, o experimentar palpitaciones, aceleración del pulso, falta de aire, síntomas de fallo cardíaco, dolor en el pecho, entre otros.
"A pesar de que las personas no presenten síntomas, están padeciendo de la condición y están a riesgo de tener eventos cardíacos a causa de esa arritmia", mencionó.
"Se recomienda que visiten su médico, se les recomienda un examen físico, un electrocardiograma de 12 derivaciones para hacer el diagnóstico. Además, deberían estar en medicamentos, se les hace un cálculo para ver su riesgo de tener un evento cerebrovascular, porque esa arritmia es bien peculiar para causarlos".
Por ello, es importante identificar y prevenir los riesgos que la arritmia pueda significar para la salud de los pacientes. "Tenemos que disminuir la carga de esa arritmia en el corazón, porque va a provocar cambios eventuales, como agrandamiento en las aurículas cardíacas, fallo cardíaco u otras condiciones que podemos evitar".
Según la experta, durante el examen físico de un paciente asintomático o cuya enfermedad está inactiva, se pueden usar monitores cardíacos de corto o largo plazo, para identificar la arritmia.
La literatura médica señala que los accidentes cerebrovasculares son, de hecho, una de las complicaciones más frecuentes de la fibrilación atrial, pero también una de las más letales, especialmente para la población femenina.
"La mujer tiende a tener una mortalidad mucho más alta que los hombres cuando tienen un stroke. Así que eso es lo que más tememos, y es una de los enfoques de tratamiento que tenemos para los pacientes de fibrilación auricular".
No obstante, la fibrilación auricular también está asociada a un riesgo potencial de padecer hipertensión, diabetes, insuficiencia cardíaca y algunos tipos de enfermedad de las válvulas cardíacas, razón por la cual la Dra. Medina hace un llamado a la prevención.
"Tenemos que atender nuestra salud, tenemos que escuchar a nuestro cuerpo, tenemos que buscar visitas al médico de prevención; no podemos esperar a sentirnos mal para visitar a nuestros médicos. Esto es algo que se puede prevenir, que podemos ir tratando".
Y dado que la fibrilación atrial está estrechamente relacionada a factores modificables, la especialista recomienda a la comunidad, independientemente que padezca o no la condición, llevar una dieta saludable y realizar actividad física con regularidad.
"Tenemos que salir a hacer ejercicio, alimentarnos de mejor manera para no desarrollar todas estas complicaciones a nivel cardiovascular".
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