Exitosa técnica minimamente invasiva para tratar fracturas de metacarpianos con 3 agujas de Kirschner

Un mes después de la consolidación ósea confirmada radiográficamente, se retiró la primera aguja de Kirschner, y la segunda se retiró 45 días después de la intervención.

Mariana Mestizo Hernández

    Exitosa técnica minimamente invasiva para tratar fracturas de metacarpianos con 3 agujas de Kirschner

    Un caso clínico describe que un pianista diestro de 25 años presentó un traumatismo en la mano derecha, resultado de un puñetazo contra la pared ocurrido 2 días antes. La exploración física reveló hinchazón, dolor, limitación funcional y mala rotación del quinto dedo. Las imágenes radiográficas confirmaron una fractura angulada y desplazada en el cuello del quinto metacarpiano derecho, sin afectar la superficie articular.

    Aunque los antecedentes médicos y quirúrgicos no eran relevantes, las metas del paciente eran la recuperación completa de la amplitud de movimiento previa a la lesión y la estabilidad ósea, especialmente la consecución de la abducción y la extensión. Se optó por la intervención quirúrgica bajo anestesia locorregional con torniquete neumático, utilizando un intensificador de imágenes intraoperatorio.

    Enfoque terapéutico

    La reducción de la fractura se llevó a cabo mediante la maniobra de Jahss, con flexión de 90° en la articulación metacarpofalángica y la articulación interfalángica proximal, seguida de la presión hacia arriba del dedo flexionado para corregir la angulación. Se utilizó una aguja de Kirschner de 1,6 mm en dirección retrógrada desde el lado cubital de la cabeza metacarpiana, y otra aguja de 1,4 mm desde el lado radial, asegurando la alineación y estabilidad mediante el intensificador de imágenes.

    Posteriormente, se aplicó una férula de canalización cubital personalizada, que incluía el antebrazo y la mano, con la muñeca extendida 20°, la articulación metacarpofalángica flexionada 60° y las articulaciones interfalángicas en extensión completa. Después de una semana, se cambió la férula por una termoplástica y se inició la fisioterapia enfocada en la recuperación del piano.

    Recuperación total

    Un mes después de la consolidación ósea confirmada radiográficamente, se retiró la primera aguja de Kirschner, y la segunda se retiró 45 días después de la intervención. A los 3 meses, se logró una amplitud de movimiento completa, y a los 4 meses, una recuperación total de la fuerza.

    Fracturas metacarpianas

    Las fracturas metacarpianas, que constituyen aproximadamente el 40% de todas las fracturas de mano, son frecuentes en hombres jóvenes y sanos, con implicaciones laborales significativas. Entre ellas, las fracturas del cuello del quinto metacarpiano, a menudo denominadas fracturas del boxeador, resultan de traumatismos directos como un puñetazo cerrado. Estas fracturas pueden generar angulación dorsal del vértice, afectando biomecánicamente la eficacia del tendón flexor.

    En este contexto, esta sería una novedosa técnica quirúrgica mínimamente invasiva para abordar fracturas desplazadas del cuello del quinto metacarpiano en pianistas, cuya demanda de funcionalidad es crucial. La técnica implica la fijación mediante la colocación de tres agujas de Kirschner con flexión dorsal, permitiendo una amplia movilidad postoperatoria al evitar la inmovilización prolongada.

    Aunque diversas técnicas quirúrgicas han sido propuestas, aún no existe consenso sobre la óptima. El enfoque presentado destaca por su mínima invasividad y la ausencia de incisiones quirúrgicas, eliminando cicatrices en el dorso de la mano. Además, al evitar la lesión nerviosa y la luxación del tendón extensor, y facilitar la movilización precoz, se busca una recuperación completa de los movimientos en todos los planos.

    Limitaciones del alcance

    A pesar de los beneficios reportados, el informe reconoce limitaciones al basarse en un único caso, subrayando la necesidad de más investigaciones y estudios clínicos para determinar la viabilidad de esta técnica como abordaje estándar. Se destaca la importancia de evaluar su eficacia en un contexto más amplio antes de su adopción generalizada.

    En conclusión, esta técnica quirúrgica mínimamente invasiva ofrece una perspectiva prometedora para pacientes con fracturas del quinto metacarpiano, especialmente aquellos con demandas específicas de funcionalidad, como los pianistas. La continua investigación será crucial para establecer su posición en la práctica clínica estándar.


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