¿Se debe lavar el pollo crudo? Conozca por qué esta práctica puede ser peligrosa para su salud

Lavar el pollo antes de cocinarlo aumenta el riesgo de propagación de la bacteria campylobacter.

Luisa Ochoa

    ¿Se debe lavar el pollo crudo? Conozca por qué esta práctica puede ser peligrosa para su salud

    Aún persiste el debate sobre si es ideal lavar o no el pollo crudo y qué consecuencias traería esta práctica en la salud, sin embargo, varias autoridades médicas y estudios recientes han comprobado que es mejor no lavarlo para evitar la propagación de los microbios. 

    En el 2019, los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos afirmaron a través de su cuenta de Twitter que el lavado del pollo puede propagar los gérmenes a otros alimentos o utensilios de la cocina, lo que puede poner en peligro la seguridad alimentaria de las personas.

    De hecho, los CDC explicaron que se pueden matar los gérmenes del pollo al cocinarlo, no al lavarlo. 

    ¿Por qué puede ser riesgoso lavar el pollo?

    Por su parte, la Facultad de Enfermería y Profesionales de la Salud de la Universidad de Drexel, en colaboración con la Asociación para la Educación en Seguridad Alimentaria (PFSE) y la Universidad Estatal de Nuevo México, explicaron por qué lavar el pollo es una práctica riesgosa.

    • Lavar el pollo aumenta el riesgo de: Salmonella, Campylobacter y otras bacterias dañinas.  Cada vez que lave el pollo, le entrega a estas bacterias una forma de viajar por toda la cocina.

    • Se recomienda limpiarlo con una toalla de papel limpia para remover la capa de agua y proteína que trae desde las fábricas, y luego lavarse las manos.

    • Siempre separar el pollo crudo de alimentos frescos y listos para comer.

    • Cocine el pollo a una temperatura de 73 °C para matar cualquier bacteria peligrosa.

    • Mantenga todas las superficies de la cocina limpias, lavándolas con agua caliente y jabón

    La Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido también había advertido que lavar el pollo antes de cocinarlo aumenta el riesgo de propagación de la bacteria campylobacter en las manos, las superficies de trabajo, la ropa y utensilios de cocina.

    Cabe mencionar que la Agencia hizo esta advertencia en junio de 2014, tras descubrir que en ese país el 44 % de las personas lavan el pollo antes de cocinarlo.

    Consecuencias de la transmisión de la bacteria campylobacter

    La enteritis por campylobacter es una de las causas más comunes de intoxicación alimentaria. Normalmente, la infección se debe al consumo de aves crudas, vegetales frescos o leche sin pasteurizar.

    Aunque la mayoría de las personas solo están enfermas durante pocos días, la infección puede ocasionar problemas de salud a largo plazo como el síndrome de intestino irritado y el síndrome de Guillain-Barré.

    "A pesar de que las personas tienden a seguir las recomendaciones para manipular aves de corral, como lavarse las manos después de tocar un pollo crudo y asegurarse de cocinarlo completamente, nuestra investigación indica que lavar el pollo crudo es una práctica extendida", señaló la presidenta de FSA, Catherine Brown.

    "Es por esto que hacemos un llamado para que la gente deje de lavar el pollo crudo. También queremos crear conciencia de los riesgos de contraer campylobacter como resultado de una contaminación cruzada", afirmó la experta.

    Fuentes médicas refieren que el tratamiento para una infección con esta bacteria consiste en tomar abundante agua; comer pequeñas porciones de alimentos durante el día, en vez de grandes cantidades en el desayuno, almuerzo y cena; llevar una dieta alta en potasio, así como ingerir comidas saladas.

    Por otro lado, las regulaciones alimentarias en Estados Unidos exigen que las plantas de producción avícola traten el pollo con procesos antimicrobianos conocidos como tratamientos de reducción de patógenos.

    En los mataderos, después de sacrificar el animal, desplumarlo y eviscerarlo, se le administra un "procedimiento de lavado final" en el que se le aplica químicos, generalmente una solución de dióxido de cloro, para reducir la prevalencia de salmonella o campylobacter.

    Fuentes consultadas aquí y aquí.

    Más noticias de Salud Pública