Los terpenoides contenidos en el gingko biloba mejoran la circulación al dilatar los vasos sanguíneos y reducir la viscosidad de las plaquetas.
Las personas que han sufrido un ictus isquémico causado por un coágulo podrían tener mejor recuperación de la función cognitiva gracias a inyecciones intravenosas de una combinación de componentes activos de ginkgo biloba en las dos semanas siguientes al accidente, según informa un estudio preliminar de la Asociación Americana del Corazón.
El ginkgo biloba, extraído de las hojas secas y semillas del árbol ginkgo, una de las especies arbóreas más antiguas originaria de Asia oriental, se ha utilizado históricamente en la medicina china y ahora está disponible como suplemento en los Estados Unidos.
Se considera que los flavonoides y los terpenoides son los componentes más beneficiosos del ginkgo. Los flavonoides poseen cualidades antioxidantes, mientras que los terpenoides mejoran la circulación al dilatar los vasos sanguíneos y reducir la viscosidad de las plaquetas.
Las terapias que utilizan los ingredientes activos del ginkgo biloba, administradas por vía intravenosa, son comunes en China para tratar el ictus debido a sus posibles propiedades antioxidantes, que podrían proteger las células nerviosas.
Aún así, el uso de esta planta para fines medicinales no tiene respaldo de la FDA, y no hay pruebas suficientes para demostrar que haya sido utilizado por esta entidad.
A principios de 2023, investigadores publicaron los resultados de un ensayo multicéntrico en China que demostraba una mejor recuperación de los síntomas generales del ictus isquémico con inyecciones diarias de ginkgo diterpeno lactona meglumina (GDLM), una combinación de componentes biológicamente activos del ginkgo biloba, centrada en la recuperación cognitiva de los participantes en el estudio.
Anxin Wang, profesor asociado de epidemiología clínica en el Hospital Tiantan de Pekín, afirma: "Si nuestros resultados se confirman, las inyecciones de GDLM podrían utilizarse para mejorar la función cognitiva tras un ictus isquémico".
El estudio incluyó a 3,163 sobrevivientes de ictus tratados por ictus isquémico de leve a moderado en 100 centros de China. A las 48 horas del ictus, la mitad de los participantes recibieron inyecciones intravenosas diarias de 25 mg de GDLM durante 14 días, mientras que la otra mitad recibió un placebo. Se evaluó el rendimiento cognitivo antes del tratamiento, a los 14 y 90 días utilizando la Escala de Evaluación Cognitiva de Montreal (MoCA).
Al inicio del estudio, la mayoría de los pacientes mostraban un estado cognitivo moderadamente deficiente, con una puntuación media de 17 sobre 30.
A los 14 días, los que recibieron GDLM mejoraron más en las puntuaciones cognitivas en comparación con los que recibieron placebo (media de 3.93 puntos frente a 3.62 puntos); a los 90 días, la mejora fue aún mayor (media de 5.51 puntos frente a 5.04 puntos).
Wang destaca que "un 20% más de pacientes alcanzaron una mejora clínicamente significativa en el grupo de GDLM, lo que sugiere que estas inyecciones pueden mejorar la función cognitiva en pacientes con ictus isquémico agudo". Sin embargo, se necesita más investigación a largo plazo sobre el efecto a largo plazo de las inyecciones de GDLM.
"GDLM ha demostrado un efecto neuroprotector a través de múltiples mecanismos, como la expansión de los vasos sanguíneos cerebrales y la mejora de la tolerancia de las células cerebrales a la hipoxia, además de tener propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antiapoptóticas", añadió Wang.
Estudios de laboratorio también han sugerido que GDLM puede promover la secreción de sustancias químicas relacionadas con la prevención de enfermedades neurodegenerativas como Parkinson y Alzheimer.
